Final

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Narra Yoongi

—¡Mirá en el hombre en que te convertiste, Suga! Un muchacho malvado, aunque por dentro siempre serás ese niño asustado —me dijo el hijo de puta de Sanouk.

Reí con amargura, disimulando que sus palabras no me afectaban en lo más mínimo. Mis hombres estaban encubiertos, así que con una simple mirada les indiqué que se acercaran lentamente hacia el inepto.

—Claro, ya soy un hombre —dije, con una sonrisa cínica—. Como el chico alto del otro día... Creo que se llamaba Soobin.

Mis palabras estaban dirigidas hacia ella, y noté cómo su rostro se tensó. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia mí con la intención de dispararme, pero no lo hizo. Yo también la tenía en la mira. Su impulso me benefició, porque mis hombres aprovecharon la distracción y agarraron a su padre, apuntándole.

Me intrigaba cómo sería pelear con ella, así que tiré mi arma al suelo, pateándola lentamente.

—Los valientes no necesitamos armas —dije, señalando las suyas con una sonrisa de desafío.

Ella imitó mi gesto, riendo mientras me miraba con fijeza.

—¿Vos, valiente? Me contaron que hace años, justo acá, llorabas como un pelotudo —me soltó, con una sonrisa arrogante.

La furia me nubló la vista. Me acerqué rápidamente y la golpeé en la cabeza con el puño cerrado, logrando que se tambaleara. Apenas recuperó el equilibrio, le propiné una patada en el estómago, tirándola al suelo, donde comencé a golpearla brutalmente.

Mis hombres trajeron a Beomgyu, destrozado y atado, hasta mi lado. Le quité la venda de los ojos para que presenciara cómo golpeaba a su hermana. El sonido de mis puños impactando contra sus costillas arrancó un gemido de dolor de ella, una melodía dulce para mis oídos. La tomé del cuello y la lancé contra la pared, haciendo que cayera con fuerza.

—Pensé que eras más fuerte —murmuré, sonriendo mientras la tomaba del mentón.

Ella cerró los ojos, inconsciente. Mejor así, pensé. No necesitaba matarla, al menos no por ahora.

Me di vuelta hacia mi verdadero enemigo, pero entonces sentí un golpe en la nuca. Mi mano se dirigió instintivamente al lugar del impacto, notando la sangre. Al girarme, ella me golpeó antes de que pudiera reaccionar, aprovechando la sorpresa. Seguía golpeándome hasta que me pateó en los huevos, arrancándome un grito ahogado de dolor. Luego, con la culata de su pistola, me dio un golpe seco en la nariz, provocando que la sangre brotara.

—¡Hija de puta! —grité, tratando de respirar.

Me recompuse como pude y la empujé contra una columna. Su cabeza chocó con fuerza y cayó al suelo, aturdida.

—No te duermas todavía, primero veamos este show —susurré cerca de su rostro, mientras Jin, uno de mis empleados, aparecía a mi lado con mi preciado juego de cuchillos.

Tomé uno y lo probé en el brazo de Beomgyu, cortándole una parte.

—Veo que sigue afilado —dije, con una sonrisa fría.

Comencé a clavar el cuchillo en distintas partes de su cuerpo, desangrándolo lentamente hasta que quedó prácticamente inerte. Entonces, tomé la mano de su hermana y la forcé a agarrar el cuchillo, llevándola hasta su hermano, haciendo que ella misma lo rematara.

De repente, reaccionó y me clavó el cuchillo en la pierna. El dolor fue instantáneo, pero no me detuve. Saqué el arma que me habían dado mis hombres y disparé al aire, esperando que la bala le cayera a alguien. Para mi decepción, solo golpeó el suelo.

𝐇𝐀𝐄𝐆𝐔𝐌 ━━━ 𝐌𝐈𝐍 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora