Capítulo 2.

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Susie rápidamente recogió el libro del suelo y bajó a gran velocidad hacia su sótano escondiendo el libro detrás de su televisor. —Nadie debe de enterarse de esto, no por ahora...— Comentó indiferente para después salir del sótano y dirigirse hacia la salida de su cabaña, mirando de reojo hacia el reloj que tenia en su sala, mostrando que era muy tarde, eso no le importo y continuo caminando hacia entrada. 

 —¡Oye! ¿a dónde te diriges, Susie? Es muy tarde.— Comentó la pijama parlanchina mientras su tono denotaba preocupación, pero Susie no le prestó atención a la misma y cerro la puerta de la cabaña detrás de ella. —Ay... Estos chicos.— Expresó Jimjams aceptando el hecho de que tendrá que irse a la cama primero.

Susie al salir de la cabaña estaba planeando ir en escoba hacia a la casa de los monstruos. —No hay tiempo para paseos nocturnos, al fin y al cabo que es muy tarde, los campistas deberían estar durmiendo...— Se dijo a si misma, para inmediatamente desaparecer de ahí en una nube de confeti y brillos.

La gata apareció frente a la casa de los monstruos y corrió velozmente hacia la entrada de la casa, para proceder a tocar la puerta bruscamente, pasaron los segundos y no respondían, esta acción se repitió al rededor de unas cinco veces y aun así no hubo respuesta. La pelirrosa comenzó a desesperarse y el sueño que tenia no ayudaba a la situación.

 —Maldición... Tendré que entrar, que sepan que ustedes tuvieron la culpa al no responder.— Susie simplemente se hizo aparecer dentro de la casa de los monstruos, y comenzó a investigar el interior. Ella ya había estado en este lugar antes, pero no lo suficiente para saber donde encontrar a Margot, para la suerte de ella las puertas de los cuartos tenían el nombre de los respectivos dueños.

—Que suerte la mía.— Susie se dirigió hacia la puerta que tenia el nombre de Margot escrito en ella, antes de siquiera intentar abrir la puerta se quedo mirando a la perilla, pero rápidamente se incorporo y procedió a entrar.

Ahí estaba, Margot durmiendo plácidamente, Susie la envidiaba por eso pero no le dio tanta vuelta así que se acerco a ella e intento despertarla de la manera mas tranquila posible. —Ptsss... Margot.— Dijo con un leve tono de voz mientras le daba piquetes en la cara. —Despierta, necesito saber dónde encontraste los libros...—

Margot se despertó y aun medio dormida vio a Susie, ella no sabia el por qué la gata se encontraba en su cuarto así que hizo lo que toda persona haría, gritar.

Antes de que pudiera liberar ese grito Susie le tapo la boca a gran velocidad usando una de sus manos y con la mano restante hizo el un gesto haciendo entender que guardara silencio. —¡Cállate!— Grito la gata en voz baja. —Mira, necesito saber de donde sacaste esos libros.— Dijo para después quitar la mano del rostro de Margot, la cual aun se encontraba acostada.

 —Y-yo no los encontré, fue Mortimer. Dijo que los encontró en una cueva mientras limpiaba la misma para un té con los campistas...— Respondió el monstruo mientras se moría de miedo. —¿Sabes dónde está esa cueva?— Pregunto la gata.



Pasaron las horas y Susie se encontraba en una pequeña cueva cerca al Prado Yeti. —¡Ugh!— Expreso molesta la gata. —No hay nada aquí... Supongo que tendré que volver a casa y revisar a fondo esa pagina.— Comentó molesta con los brazos cruzados, así que sin perder tiempo desapareció del interior de la cueva en dirección a su cabaña.

Ella apareció fuera de su cabaña y antes de entrar vio que apenas estaba amaneciendo. —Rayos, esto arruinara mi horario de sueño.— Entro cuidadosamente a su cabaña y fue en dirección hacia su cuarto, y ahí se encontraba Jimjams dormido en la cama, así que hizo lo mismo y procedió a dormir.

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