Capítulo 7.

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Oscar, Erizo y Pijamas se encontraban en la cabaña del elefante, todos sentados sobre la cama mientras que el fantasma contaba lo que había sucedido en la cabaña de Susie.

 —Y de la nada me di cuenta de que era un fantasma que Susie había eructado...— Explicaba el fantasma mientras miraba sus transparentes manos.

 —O sea que ¿no recuerdas nada después de la explosión?— Preguntó Erizo mientras dirigía la mirada hacia su amigo.

 —No, solo recuerdo que sentía un gran dolor sobre mi piel, como si me estuviera quemando.— Respondió el elefante. —Aunque espero que Susie tenga una explicación para todo este embrollo.—

 —Ya veo, bueno dejando esto de lado quería decirte que me tenias muy preocupada Oscar, todo este tiempo sin ti me hizo darme cuenta lo mucho que importas en mi vida.— Explicó la chica castaña al borde de las lagrimas.

Oscar al escuchar lo que había dicho su amiga sintió un gran alivio, él a veces sentía que le estorbaba a Erizo y que la retenía de lograr ser mejor pero por fin entendió lo que significa la amistad, es apoyo mutuo y que a pesar de que haya peleas siempre habrá una solución y lograran fortalecer esa amistad, juntos.

El elefante simplemente dejo esos malos pensamientos de lado y "abrazó" a su amiga.

 —Me alegra mucho saber que me extrañaste, y si se hubieran invertido los papeles yo estaría muy muy devastado ya que tú también eres muy importante para mí.— Dijo el elefante mientras continuaba con el abrazo.

 —Gracias por todo, Oscar— Correspondiendo el abrazo de su amigo.

 —Je, de nada. Pero bueno, dejemos las cursilerías y vayamos a jugar, que hay que darle las noticias de mi regreso a los demás. ¿Qué dices Pijamas, vienes?— Oscar preguntó mientras fijaba su mirada en su amiga de tela, solo para ver como dormía tranquilamente.

 —Supongo que será una aventura de a dos.— Comentó Erizo mientras soltaba una pequeña risa.

 —Bueno, una clásica aventura de Osc y Eri, no podría desear algo. Así que te reto a una carrera hasta la cafetería— Dijo el elefante para después salir disparado de la cabaña atravesando la puerta de la misma.

 —¡Oye eso es trampa!— Gritó la chica mientras cerraba la puerta de la cabaña de Oscar y corría tras su amigo.


Y así pasaron las horas, la mayor parte de la isla ya sabia que Oscar había vuelto pero el elefante evitaba la pregunta del cómo regreso y simplemente respondía "eso no es importante ahora" cosa que le daba gracia a Erizo, quien estuvo pegada a él como si de un chicle se tratase.

El día continuó y había llegado la madrugada, Oscar y Erizo decidieron hacer una pijamada ese día y ya se encontraban durmiendo, a excepción del elefante el cual no podía conciliar el sueño, ni siquiera se sentía cansado.

 —Oh vaya, así que esta es mi vida ahora.— pensó mientras miraba a su amiga dormir con una cara de tristeza reflejada en el chico.

A pesar de que tuvo un gran día no dejaba de pensar que sería de su vida ahora que es un fantasma, qué dirán sus padres, cómo reaccionarían y más importante. ¿Qué pasaría si sale de la isla?

Son las preguntas que rondaban la cabeza de Oscar y él no sabía que hacer.

 —Supongo que se lo diré a Susie, espero que aún este despierta.— Dijo para si mismo mientras salía de su castillo hecho de sabanas.

Oscar salía a través de la pared de su cabaña en direccion hacia las cabañas de las consejeras, en especifico la de Susie. Oscar ya no pensaba que ser un fantasma era tan divertido pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que lo llamaba.

 —¿Oscar, eres tú?— Era Luna quien lo llamaba.

 —Oh, hola Luna— Comentó desanimado el fantasma mientras flotaba hacia su destino.

Luna rápidamente notó que algo no estaba bien con Oscar. —Sucede algo, Oscar. Sabes que puedes contarme lo que sea.— 

 —Bueno, es que no dejo de pensar en mi situación actual. Como qué pasara cuando salga del campamento ¿desapareceré de nuevo o dejaré de existir? Y tengo miedo de que dirán mis padres ahora soy un fantasma.— Explicaba Oscar con un tono triste, parando su andar en seco y dirigiendo su mirada a la luna.

 —Sin duda tu situación es complicada pero no hay que temer, no dejarás de existir. Solo que la gente no notará tu estancia, como a Pijamas, a pesar de que no hablaba cuando te encontrabas en New Jersey ella estaba consiente.— Comentaba la luna. —Y estoy seguro de que las brujas encontraran una forma de regresarte a tu estado original.

Oscar al escuchar a su amigo dejo de sentirse tan preocupado. —Gracias, Luna. Era justo lo que necesitaba oír.— Dijo para después salir a gran velocidad hacia la cabaña de Susie.


Susie se encontraba en su sala leyendo una revista hasta que escuchó una voz que provenía de su puerta "Soy yo, Oscar. ¿Puedo entrar?"

 —¡Claro, Oscar. Adelante!— Gritó la gata mientras dejaba su revista en su regazo.

Oscar entro en la cabaña y Susie le hizo un gesto para que se sentara junto a ella, la pelirrosa sabía el porqué el elefante estaba ahí.

 —Se que viniste porque ya no te gusta el hecho de ser fantasma, ¿no es así?— Preguntó la gata, recibiendo un "sí" de parte de Oscar.

 —Es divertido el poder flotar y atravesar las paredes, pero hay mas contras que pros. Y tengo miedo de como reaccionaran mis padres al saber que su hijo es un fantasma...— Oscar comentó con un tono triste.

 —Sí, te entiendo... Platiqué con Ramona sobre el tema y llegamos a una teoría de que tu cuerpo se desintegro con el hechizo y que en la explosión tu alma o lo que sea quedo atrapado en mí para después salir en forma de fantasma, y a lo que quiero llegar es que no podemos recuperar tu antiguo cuerpo, peeeero podemos hacer uno nuevo con magia, la cosa es que no podrás salir de la isla ya que tu nuevo cuerpo se deshará y volverás a ser un fantasma, es como si fuera una armadura que requiere energía para funcionar.— Explicó la bruja mientras dirigía la mirada hacia el fantasma.

 —Bien, entiendo y acepto la propuesta del nuevo cuerpo, pero antes quiero hacerles saber la situación a mis padres.— Dijo el chico fantasma mientras miraba a Susie.

 —Es lo que pensaba hacer, y no se como se tomaran tus padres el hecho de que te haya usado y que casi te desaparezco para siempre.— Comentó un tanto preocupada.

 —Sí, también me preocupa el qué dirán con el tema de la magia.— Agregó el elefante.

 —Será difícil pero tendré que hacerlo, así que llamare a tus padres para que vengan de visita y así poder explicarles— Mencionó Susie mientras se levantaba del sofá y dejaba la revista en el mismo. —Pero primero hay que descansar.— Dijo para después lanzarle un hechizo a Oscar que lo puso a dormir y con magia lo hizo aparecer en su cabaña dentro de su fuerte de sabanas y almohadas. 



Continuará...

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