Capítulo 1.

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Cuando comenzó esa tradición todo parecía tener sentido, como si obligar a las hijas de los líderes a ser concubinas del rey fuera algo normal, un privilegio entre las mujeres, para las hijas de los señores feudales esto era una meta a futuro y para las hijas de los kages era realmente un privilegio.

Pero en los últimos años, tras la muerte del último rey, su hija y única heredera a tomado el país del fuego y lo gobierna con sabiduría.

Pero tras este cambio, todas las concubinas fueron despedidas y regresadas con sus familias y la nueva reina, ha comenzado a llenar su palacio de concubinos varones.

Una nueva era, un nuevo destino.

(...)

Sunagakure, país del viento.

-Ustedes se preguntaran para que los he traído hoy aquí.

Los tres hijos del cuarto Kasekage se miraron entre ellos y asintieron levemente.

Todos estaban en la oficina de su padre mientras este los miraba desde su escritorio.

-Si padre, queremos saber de que se trata. -dijo Temari, la mayor.

-El país del fuego tiene una nueva reina, y es nuestro deber renovar nuestros votos de paz con ellos y con su aldea ninja, Konohagakure.

-Estoy al tanto de eso padre. -dijo Kankuro.

-Si, le ofrecí a su majestad como regalo de paz a nuestros mejores guerreros para su protección, pero se ha negado totalmente, en cambio me pidió a un hijo mío como su concubino.

-¿Que?

Los tres se miraron entre ellos con sorpresa y duda.

-Al parecer la reina no quiere casarse, pues al ser mujer tendría que dejarle el reino a su marido y encargarse solo de tener hijos. Por lo que se ha negado totalmente y en cambio esta reuniendo a jóvenes, hijos de nobles, para que les dé hijos dignos sin abandonar su papel como reina.

-¿Y que le ha dicho usted padre? -dijo Temari.

-He aceptado por supuesto, uno de ustedes, Gaara o Kankuro partirá mañana para el país del fuego.

-¿Que? pero papá ¡yo no quiero ir! -dijo Kankuro.

-¿Y cual será? ¿como se supone que lo decidamos? -dijo Gaara.

-En mi opinión creo que debería ir Gaara, a fin de cuentas no harás mucho con tu vida aquí, y necesito a Kankuro como mi sucesor.

-Pero solo tengo 15 años padre.

-¿Y eso que? sino te parece has que kankuro vaya en tu lugar.

Gaara se giró hacia Kankuro y lo miró suplicante.

-Kankuro.

-No, lo siento Gaara pero no quiero hacerlo.

Gaara agachó la cabeza decepcionado.

-Esta bien.

-¡Esto es una tontería! ¡iré yo! -dijo Temari.

-Eres mujer, no necesitan a una mujer.

-¡¿Y para que necesitan a Gaara?!

-Puede que Gaara sea el padre del próximo rey, eso nos relevaria de algunas cosas y nos mantendría en paz con esa gente puede que para siempre.

Gaara no quiso que siguieran hablando de eso así que los interrumpió.

-Esta bien, lo haré, me iré mañana.

-Muy bien.

(...)

Palacio imperial, país del fuego.

Más de 200 jóvenes fueron llevados a unas habitaciones en donde se dividían a 50 de ellos por habitación, no todos iban a permanecer ahí pues si alguno no le gustaba a la reina este regresaría con su familia.

Gaara buscó la cama con su nombre y se sentó en ella con incomodidad, al parecer todos se conocían y conversaban entre ellos, algunos ya dormían por lo tarde que era, él se sentía incómodo y expuesto hasta que uno de ellos, seguidos de tres más, se pararon frente a Gaara.

-Miren que tenemos aquí, el chico nuevo. -Dijo un hombre que tal ves no llegue a treinta años.

-Si, mientras nosotros tenemos meses esperando que su majestad al fin nos visite este acaba de llegar como si nada. -dijo otro.

-Creí que todos éramos nuevos aquí. -dijo Gaara.

-No, no, nosotros tenemos más tiempo, pero ven, te daremos un recorrido.

-Ammm no, gracias.

-¡Que vengas!

Uno de ellos lo tomó del brazo y comenzaron a llevarlo hacia afuera, los demás en la habitación solo los miraron e ignoraron todo a pesar de que sabían lo que pasaría.

-¿A donde vamos? -preguntó Gaara mientras trataba de zafarse del agarre.

-A los almacenes, tu tranquilo y camina.

Gaara estaba nervioso, no sabía que pasaba y no sabía cómo defenderse, desde niño nunca quiso ser ninja y estando bajo el cuidado de su tío y la compañía de sus hermanos nunca había vivido malos momentos, ni siquiera cuando su papá se molestaba con él por no serle de utilidad.

Cuando llegaron al lugar Gaara fue empujado hacia adentro y uno de ello tomó un líquido de una botella y lo derramó en un pañuelo.

Gaara se alejó asustado pero luego fue acorralado contra la pared y le taparon boca y nariz con ese pañuelo húmedo.

Gaara trató de aguantar la respiración pero aun así absorbió un poco que lo hizo marear y perder las fuerzas, aunque no quedó inconciente como se esperaba.

Los cuatro chicos comenzaron a desnudarse y a preparar a Gaara, este los veía con horror y trató de golpearlos y escapar pero era inútil.

Uno de ellos entró primero en él sacandole un grito de dolor por su rudeza.

Gaara lloraba con desesperación mientras suplicaba que alguien fuera a salvarlo.

Esa misma noche los cuatro hombres tomaron a Gaara por la fuerza y luego de eso lo dejaron tirado como un trapo viejo y usado que ya no querían.

Gaara agradeció que ya todo había terminado, y esperaba que eso no sea el principio de su infierno.

Concubinos ~GaaLee~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora