Concubinos ~GaaLee~

Capítulo 3.

Por alguna razón ver sonreír a Lee lo hizo sonreír también y lo ayudó a poder dormirse con tranquilidad.

Gaara despertó en eso de las tres de la tarde y vió que Lee ya estaba de regreso en la habitación.

-Hola.

-Oh, hola Gaara, has despertado ya.

-Si, ¿como te fue?

-Pues mal, fue horrible, me depilaron todo ¡TODO! hasta los rincones más oscuros y fue muy doloroso, aún estoy enrojecido.

Gaara sonrió.

-Que bueno que soy lampiño.

-¿Lo eres?

-Pues si, ni siquiera tengo cejas, mucho menos bello púbico o corporal.

-¡Wao! realmente estoy sorprendido, pero lo que más me sorprende es que estés hablando conmigo, creí que te caí mal y no me ibas a hablar nunca.

-Oh amm, solo estaba cansado, disculpa.

-¡Esta bien! Ven a ver la ropa que usaré, por cierto tu almuerzo se enfrió.

-Oh esta bien, no tengo hambre.

Gaara se puso de pie y fue hasta el baño.

Estando ahí oyó murmullos y se apresuró a terminar para ver que sucedía. Al salir del baño se encontró a Kankuro sentado en su cama.

-¿Kankuro?

-¡Hermanito!

Kankuro fue hasta el y lo abrazó.

-¿Que haces aquí?

-Oh ammm, me infiltré.

-¿Que? ¡¿Estas loco?!

-Necesitaba saber como estabas, y disculpame por no ser yo quien tenga que estar aquí, lo lamento.

-No te preocupes, todo está bien. Veo que ya conociste a Lee.

-¡Si! Tienes un compañero agradable.

Gaara se sentó a su lado en la cama.

-¿Como esta Temari?

-Pues me matará cuando sepa que vine sin ella, pero no creo que una chica pase desapercibida aquí.

-Si, fue lo mejor.

-Escribele una carta diciendole que te instalaste bien, yo se la entrego.

-Esta bien.

-¿Tienes más hermanos Gaara? -preguntó Lee.

-Solo Temari la mayor, y este idiota.

-¡Hey! El no tiene que saber eso.

Lee rió y Gaara se dispuso a escribirle una breve carta a Temari.

Mientras eso sucedía la puerta de la habitación se abrió.

-Hola otra ves, vengo a traerles sus horarios. -dijo Kiba.

-Oh por... Dios.

-¿Que sucede Kankuro? -preguntó Gaara.

Kankuro saltó de la cama parándose escandalosamente frente a Kiba.

-¡Eres la criatura más hermosa y sexy que he visto en años!

Kiba se sonrojó dejando caer las hojas que traía en las manos.

-¡Oye! Deja de coquetearle a mi asistente.

Lee rió sin quitarles la mirada de encima, no quería perderse nada.