05| El desconocido R.L

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Después del partido de Quidditch, todos fueron a sus respectivas tiendas, Ginny, Hermione y Stella se fueron a dormir, lo cual fue difícil ya que ninguna tenía sueño

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Después del partido de Quidditch, todos fueron a sus respectivas tiendas, Ginny, Hermione y Stella se fueron a dormir, lo cual fue difícil ya que ninguna tenía sueño.

Pero pronto, Stella cayó en un sueño profundo el cual no duró mucho, el señor Weasley había entrado en la tienda, algo alterado.

─¡Levantense! ¡Niñas, deprisa, vamos es urgente!.

En ese momento Stella supo que algo andaba mal. Se levantó aún algo dormida y con los ojos entre cerrados, y el cabello algo despeinado.

─¿Que es lo que pasa?.

Pronto se distrajo con los ruidos de afuera, nose escuchaban como fanáticos emocionados, habían gritos, y al parecer personas corriendo.

─¡Rapido!.

Las tres chicas salieron de la tienda a toda prisa, encontrandose con Fred y George, a pocos pasos de ellos estaban Ron y Harry que recién salía de la otra tienda. El escaso fuego aún ardía, permitiendoles ver un poco lo que pasaba, la gente corría hacia el bosque, y al parecer huían de algo que los perseguía, en el campo se veían destellos de luz y emitía sonidos pareciendo a un disparo, al igual se escuchaba abucheos escandalosos, carcajadas y gritos de borrachos, poco después una luz verde iluminó el cielo.

─Esto no da buenas vibras...

A través del campo marchaba una multitud de magos, que iban muy apretados y se movían todos juntos apuntando hacia arriba con las varitas.

Iban tapados con capuchas y máscaras, por encima de ellos, en lo alto, flotando en medio del aire, había cuatro figuras que se debatían adoptando formas grotescas, era como si los magos en mascarados que iban por el campo fueran titiriteros y los que flotaban en el aire fueran sus marionetas, manejadas mediante hilos invisibles que surgían de las varitas, dos de las figuras eran muy pequeñas.

Al grupo se iban juntando otros magos, que reían y apuntaban también con sus varitas a las figuras del aire.

La marcha de la multitud arrollaba las tiendas de campaña, los que marchaban destruir con un rayo originado en su varita alguna tienda que le estorbaba el paso, varias se prendieron, y el griterío iba en aumento.

Las personas que flotaban en el aire resultaron repentinamente iluminadas al pasar por encima de una tienda de campaña que estaba en llamas, y reconocieron a una de ellas, era el señor Roberts, el gerente del camping.

Con la varita, uno de los de la multitud hizo girar a la señora Roberts hasta que quedó cabeza abajo, su camisón cayó entonces para revelar unas grandes bragas, ella hizo lo que pudo para taparse mientras la multitud, abajo, chillaba y abucheaba alegremente.

Stella no pudo evitar sentirse mal al ver la escena, sabía que todo en ese momento estaba mal, apartó la vista tratando de contener el miedo que en ese momento sentía, quería salir de ahí lo más pronto posible.

Stella y La Maldición PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora