08| Sabor a venganza

746 86 30
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Stella decidio ir con los gemelos, ellos le habían dicho que tenían un plan muy ingenioso para poder meter su nombre en el cáliz, cosa que era muy estúpida para la pelirroja.

─No creo que sea buen idea Fred.

─Da igual, la idea fue de George.

─Si sale mal, fue de Fred.

Stella soltó una risita.

─No entiendo el porque deben hacer esto, estoy segura que les saldrá mal. ─se cruzó de brazos mientras en su cara tenía una seguridad de lo que decía.

─Sabes porque lo hacemos. ─dijo George, se acercó a la chica y paso su brazo por los hombros de esta mientras la hacia caminar. ─Solo imagina que ganamos, tendremos una cantidad de dinero, la cual aún no se con claridad cuanto será, pero...

─Podremos tener nuestra propia tienda de bromas. ─le interrumpió Fred.

Stella se alejó de George y los miro a los dos.

─Ya, pero escucharon lo que dijo Dumbledore, es peligroso, por algo es el límite de edad ¿no?. ─y ninguno de los dos cambio su expresión, y ella soltó un suspiro de impaciencia. ─No quiero que les pase nada, creo que ese estúpido juego es una idiotez por parte de los maestros.

Los dos se miraron y comprendieron que su amiga solo se preocupaba por ellos. Y aunque Stella entendía porque lo hacían,dado que ellos querían tener una tienda tal cual como lo deseaban,a pesar de ellos, ella no quería que el resultado para eso fuera la muerte de alguno de ellos, pero muy en el fondo sabia que el plan de ellos no funcionaria, pero ¿y si lograba funcionar?.

─No te preocupes pequeña, estaremos bien, y seguro encontramos otra forma de conseguir el dinero. ─mencionó George quien miraba la pocion para envejecer y luego la guardo en su bolsillo del pantalón. ─¿O no Fred?.

Le dio un codazo, y Fred reaccionó.

─Ah si, palabra de amigo.

Stella sonrió, al menos había logrado convencerlos de no hacer una estupidez, ya luego pensaría en como ayudarles.

La pelirroja se dirigió al vestíbulo alborotado de gente que hacia cola para entrar a cenar, Stella logro ver a Ron, y eso indicaba que Hermione y Harry deberían estar ahí, entonces se acercó.

Stella le sonrió a Harry mientras se ponía a un lado, este abrió la boca quizás para saludarla pero justo en ese momento se escuchó una voz estridente a sus espaldas.

─¡Weasley! ¡Eh Weasley!.

Los cuatro se dieron la vuelta. Malfoy, Crabbe y Goyle estaban ante ellos muy contentos por alguna razón.

─¿Qué?. ─contestó Ron lacónicamente.

─¡Tu padre ha salido en el periódico, Weasley!. ─anunció Malfoy, blandiendo un ejemplar de El Profeta y hablando muy alto, para que todos cuantos abarrotaban el vestíbulo pudieran oírlo. ─¡Escucha esto!.

Stella y La Maldición PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora