Los opuestos ¿Se atraen o se repelen?
Lucius le ha dejado muy claro a Draco que Harry Potter no sería su amigo nunca, le hizo buscar sus defectos pero jamás sus virtudes, el niño, siendo tan solo eso, un chico en busca de aprobación, se dedicó a fas...
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Ya faltan pocos días para que los estudiantes que lo deseasen se vayan a festejar navidad y año nuevo con su familia. Sin embargo, ni Harry ni Draco tenían permito volver a sus casas en navidad, tal vez, depende de su comportamiento, en año nuevo sí.
El mismo día, en el que todos ya estaban guardando su ropa en las valijas, listos para al día siguiente levantarse e irse en el tren, McGonagall llamó a Harry a su oficina, este no entendía el motivo de su vista a tal lugar donde siempre lo retaban, y en donde por alguna razón se encontraba muchas veces. Sin embargo esta vez no recordaba haber hecho nada malo como para que la profesora lo citara a hablar con ella.
–Buen día Profesora– murmuró Harry cuando paso por la puerta de la oficina
–Señor Potter, me alegra que hayas venido
"No es como que tenía opción" pensó el azabache pero solo sonrió y asintió– ¿Ocurrió algo?– preguntó, yendo directo al grano
–No realmente, solo quería hablar con usted sobre esta Navidad y lo que ocurrirá con el señor Malfoy– explicó la Profesora y el Gryffindor frunció el ceño sin entender que iba a decirle– sientate porfavor– pidió y cuando el chico le hizo caso le entrego una canasta con caramelos agridulces– Sé que es algo pesado que te repita esto muchas veces, y también sé que no eres el que siempre comienza sus peleas, claro que con Dumbledore sabemos lo que pasa y como sucede, pero te quiero pedir que porfavor intentes llevarte bien– empezó McGonagall –Mira Harry... él no esta pasando por un buen momento ahora– murmuró y cuando el azabache iba a reclamar volvio a hablar– ya sé que no lo justifica para nada en como te trata y como te trato años anteriores, y sé que eso no significa que se tenga que desquitar contigo, pero realmente te pido que pongas de tu parte, necesita que alguien lo escuche, que se pongan en sus zapatos...
–¿Pero el no puede ponerse en los míos? Lo siento McGonagall, yo haré lo que pueda, pero si el pretende tratarme como basura toda la navidad así como lo hizo todos estos años no podré hacer nada, porque esto es una cosa de dos, no depende solo de mí, y le aseguro que si pretende que Snape hable con él...– Harry decidió quedarse callado– Haré lo que pueda, le tendré toda la paciencia del mundo, pero le aviso que no es solo él el que pasa por malos momentos...– finalizo el azabache dejando sin nada que decir a la profesora que solo asintió, pues no podía cuestionar nada– con su permiso, me iré a despedir de mis amigos– murmuro y McGonagall asintió, haciendo que entonces, el chico se fuera de su oficina.
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–Lo siento por no quedarme amigo– dijo Ron abrazando a Harry– Mamá está más histérica de lo normal, imagínate si no voy– su cara mostraba susto, es por eso que el azabache rió
–También lo siento Harry, prometo que si no puedes irte en año nuevo, vendré y estaré contigo– sonrió Hermione y finalizo con un abrazo a su amigo
