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Ya habían pasado dos semanas de lo sucedió ese día, el día en que conocimos a los "mafiosos más peligrosos de Alemania". La gente me mira extraño, como si tuviera algo en la cara o algo por el estilo, al parecer me conocían porque hace dos días mi hermana me dijo que le habían preguntado en la calle si yo era la hija del narco más conocido de Argentina.

Un día, específicamente hace cinco días estamos viviendo en la casa de los Kaulitz y sus primos, odio esto. La verdad me negué varias veces a las propuestas que me decían los seis, no quería vivir en la casa de unos matones que se rieron en mi cara y uno de ellos me apunto con una pistola cargada en el medio de la frente.

Tom trato de acercarse a mi en varias ocasiones, cuando escuchaba su voz cerca trataba de irme lejos de esa voz irritante.

Con el que llegue a tener una charla fue con Gustav, el me caía bien, parecía tan bueno y buena onda que trate a acercarme yo a él. Gustav, claramente me correspondió la charla, es más, habíamos salido a tomar un café a un sitio privado.

Lina, hablaba mucho de Bill conmigo y casi siempre se los veía juntos. Llegué a pensar que mi hermana se estaba enamorado de Bill, me dió asco.

Matheo se volvió super amigo de Tom después de casi ocasionar una pelea a golpes. Lo que me extrañaba era que Georg casi nunca estaba en la casa, seguramente se estaba viendo con una chica, quien sabe.

Cuestion que Tom fue ¿Bueno?... Bueno en sentido de que me dió un lugar donde dormir y todos los días venía a mi habitación a mirarme, cuando lo descubría y le preguntaba que es lo que queria. Me respondía siempre con un "Nada, escuché un ruido y como tu estás media loquita pensé que habías hecho algo" y se iba. Sabía que metía escusas porque se ponía un poco inquieto, yo suelo saber todo tipo de vibras en las personas sea hombre o mujer.

Estaba en mi habitación que Tom me había ofrecido. Odiaba estar en este lugar que desde el primer día que llegamos ya estaba ahorrando para pagarme un departamento.

Eran las 13:40 pm y todos estaban despiertos menos Tom, en esos momentos me doy cuenta que es un perezoso. Desde que estoy aquí, siempre se despertó a las 15:30 pm. Nose si es muy dormilón o se duerme tardísimo. Seguramente las dos.

Admito que cuando estaba en Argentina, me dormía a las 7:00 am, pero no me despertaba a las 15:30, me despertaba a las 17:30. Tengo mis escusas.

A la madrugada solía salir con mis amigos, Riki, Micol y Jeniffer. Mis mejores amigos. Nos íbamos a los bares de buenos aires o a los lugares peligrosos, como las carreras, era mi lugar favorito. Mi gran secreto es que corrí varias veces en las carreras, estaba disfrazada de hombre y tenía un casco, eso hacia que no me reconocieran. Ah, por cierto, gane todas las carreras.

Amaba todo tipo de autos y motos. En mi país tenía 3 autos a mi nombre, 1 propio y 3 motos propias.

-¡Emma!- gritó una voz, demaciado chillona e irritable, era obvio de quién se trataba.

Esa voz me saco de mis pensamientos y bufé, odiaba tanto a esa persona que me quedé sentada en mi sitio.

-¡Emma, te estoy llamando joder!- volvió a gritar esa voz luego de minutos sin responder.

Volví a quejarme, pero está vez me levanté de mi lugar y salí de la habitación. Baje las escaleras con rapidez y lo ví ahí, lo ví a Tom con el celular en la mano derecha.

-Toma, te está llamando un tal... Riki- Mis ojos se abrieron con felicidad y mi sonrisa se extendió.

-Dame acá- dije y le arrebate el celular de su mano. Tom me dió su última mirada con cara de odio en ella.

I'm not afraid of you | Tom Kaulitz | Tokio Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora