Todo sucedió... y de repente, me gustó.

Amor

Hinata podía ver sufrir a su amigo, cada vez se veía más apagado. Había decido salir más.

Aunque sea dos veces a la semana para desayunar y así poder distraerse de su aburrida vida.

En uno de esos días. En una animada cafetería Naruto choco contra un chico pelirrojo, derramando ambos cafés sobre el. Hinata corrió hacia ellos preocupada, tratando de  ayudar.

-Lo siento tanto.- hablo Naruto, su cara se puso de un rojo intenso de vergüenza.

El chico al verlo soltó una risa muy peculiar, fue un tanto de burla.

Desde ese día, el chico de cabellos rojos como la cara de vergüenza de Naruto (que había sido nombrado así por Hinata) almorzaba con ellos dos o tres veces a la semana.

Les contó que era extranjero y estaba ahí para cerrar unos negocios con una empresa para su familia. Pero le había gustado tanto la ciudad que pensaba quedarse aquí y abrir una sede de su empresa.

Hinata había superado el enamoramiento con su amigo, sabía que jamás sería correspondida y seguir con eso le rompería el corazón, ahora solo trataría de ayudar a su amigo a salir de ese agujero negro en el que estaba.

Y parecía que el chico nuevo tenía cierto efecto en su rubio amigo.

- Gaara-san. - hablo Hinata.

-Hola Hinata-chan. ¿Que haces por está zona? - pregunto el pelirrojo.

- De hecho venía a buscarte. - contesto la chica un poco sonrojada.

-¿A mí? ¿Porque? Podríamos habernos visto más tarde en la cafetería con Naruto. -

- Si,de eso se trata. - se sonrojo un poco la chica no sabía cómo iniciar.

Gaara la vio,y un poco preocupado comenzó a hablar muy rápido.

- Lo siento Hinata, pero me gusta Naruto. -

Hinata cambio de color drásticamente y soltó una risa un poco fuerte asustando al chico.

- De eso quería hablarte. - contesto la chica entre risas.

Ahora fue el turno de Gaara de avergonzarse.