IV

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Al caer el sol, Arthur y Georg se citarían en las cercanías del restaurante donde habrían reservado mesa para cenar.

Nada más cruzar la puerta les atendería un joven camarero, el cual les indicaría a qué mesa dirigirse. Una vez atendidos y ubicados el joven les facilitaría las cartas, les haría su recomendación y les dejaría en la mesa una jarra de cerveza para cada uno.

Los dos caballeros se pondrían a inspeccionar la carta en busca de su cena ideal y cuando lo hubieran hecho alzarían la mano para avisar al camarero.

El camarero, nada más acercarse: "¿Qué les gustaría pedir esta noche?"

Dubitativo, sin dejar de mirar la carta, Georg le comentaría al camarero: "Necesito una síntesis de sabores. Algo que supere la tesis de la comida y la antítesis del hambre. Sí, eso es".

El camarero, ante tal petición, no sabría cómo reaccionar y se podría limitar a seguir sugiriendo las especialidades de la casa. Tras la insistencia de Georg, el camarero acabaría entrando a cocina para preguntar si en carta ofrecen algo que pudiese ajustarse a las expectativas del comensal.

Arthur, con la vuelta del camarero, impaciente y ligeramente ofendido: "No se preocupe, joven. En última instancia, todo es insatisfacción, dolor y tedio. Traiga la cuenta".

Aquella peculiar pareja pagaría sus cervezas y saldría por la misma puerta que cruzaron un cuarto de hora antes.

Una extraña parejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora