07

753 124 7
                                    

Zhan desde pequeño siempre fue educado para ser Rey, lo que significaba que si le dolía algo tenía que llorar en su habitación solo sin que nadie se entere.

Si algo le pasaba no habían abrazos y besos, no sabía que era eso, cuando era adolescente en un paseo con sus padres vio a una pareja abrazar a su cachorro porque este se había caído y raspado su rodilla.

A partir de eso se refugió en los besos y caricias de los alfas de su harem.

O eso fue hasta que a sus treinta y cuatro años Wei Ying llegó a su vida, siempre quiso un cachorro, más allá de que tenga que tenerlos para mantener su linaje, pero los alfas de su harem jamás lograron dejarlo en cinta.

Y ya se estaba catalogando como un rey infértil en todo el mundo.

Desde que apareció Yibo ese alfa le demostraba amor y cariño, más allá del sexo, es más ellos no habían tenido más encuentros de ese tipo desde el día de su boda y de eso ya habían pasado tres días.

Yibo realmente era un alfa que lo respetaba y actuaba totalmente distinto a todos los alfas con los que había estado.

Es por eso que ahora Zhan no se podía consentrar en su trabajo ese bendito alfa estaba tan metido en su cabeza que no podía decir bien las cosas.

Decidió ir a caminar por los jardines encontrándose con Yibo limpiando las lágrimas de Changze y abrazándolo.

Caminó rápidamente hacia ellos haciendo que Changze rápidamente le haga una reverencia. — Yibo, ven, te necesito. — Se dió la vuelta esperando que su esposo lo siga.

El alfa caminó a paso rápido detrás del omega. Al llegar a la habitación del omega y lo vio quitarse el saco de su traje se asustó un poco.

— Su majestad...— Ni siquiera se esperó el beso cargado de amor y pasión que Zhan le dió.

Yibo suspiró pesado tratando de dormir un poco, estaba cansado sí, Zhan era un Omega imparable pero hoy fue demasiado.

El Omega dormía pero el no podía pegar el ojo, lo tenía pegado a su pecho, ni siquiera en la primera noche Zhan fue así.

Inconscientemente el alfa empezó a dejar caricias en el cabello corto del omega, notó que tanto Wei Ying y Zhan tenian la misma manía de ronronear cuando se les acariciaba el cabello.

Le pareció tan tierno que una sonrisa apareció en el rostro del alfa, quizá su relación con Zhan iba a avanzando, quizá era hora de decirle a Zhan que el cortejo terminó y que su lobo lo aceptaba. De hecho la marca ya estaba cicatrizando bien por eso mismo.

Zhan no supo en qué momento el alfa se había levantado, el sol ya estaba en lo alto, ¿Se había quedado dormido?.

Escuchó la puerta ser abierta y también sintió el aroma de Yibo por toda la habitación. Levantó la mirada viendo al alfa entrar a la habitación con una bandeja de oro y un desayuno liviano para dos personas.

— Ah, ya despertaste. — Sonrío y se acercó a paso lento para evitar que las cosas de la bandeja se caigan.

— ¿Y esta flor de lavanda?. — Preguntó el Omega tomándola entre sus manos.

— Es tu aroma...— Respondió tímidamente.

— ¿Aceptas mí cortejo?. — El corazón de Zhan latía muy fuertemente que estaba seguro de que iba a explotar.

Yibo asintió y se acercó a darle un beso en la mejilla del omega.

Changze se encontraba con Yibo armando coronas de flores. - ¿Para qué armamos esto?.

— Mi cachorro me lo pidió, quiere jugar con los cachorros del pueblo, entonces me pidió hacer coronas de flores para los cachorros con los que va a jugar.— Respondió el alfa mientras seguía agregando flores y atando con algunas ramas.

— Quiere mucho a Wei Ying, ¿Verdad?.

Yibo dejó de lado lo que hacía para mirar al omega. — Sí, fue la primera personita que fue amable conmigo cuando llegue aquí además del rey. — Sonrío. — Mi alfa ya lo adoptó y ya creó lazo con el.

Changze sintió una presión en su pecho, como si alguien aplastara su corazón, nunca esperó que su bebé adoptará a otro alfa como su mamá tan rápido.

— Me...Me alegro por usted.

Yibo se dió cuenta el daño que le hizo al omega y decidió seguir con las coronas de flores. Sus palabras quizá no fueron las adecuadas pero ahora ya no podía volver el tiempo atrás.

Al terminar con todas Yibo buscó a Wei Ying para así llevarlo al pueblo. Esa tarde se la pasó muy bien riendo y jugando con los cachorros.

Ocho meses después.

— ¡AAAHHH!...— Los gritos de Zhan eran capaces de escucharse por todo el palacio. — ¡Aah!, No puedo más. Ya no puedo. — Una beta limpiaba el sudor de su rey mientras este se sostenía de las manos de otras omegas.

— Mi señor, un parto nunca es fácil, pero usted debe de ser fuerte. Por favor, solo un poco más. — La partera trataba de darle ánimos.

Y entre gritos llantos y sudor el Omega dio a luz a tres cachorros sanos y fuertes, los hijos de el y Yibo sus cachorros.

Yibo y Wei Ying al enterarse se abrazaron y festejaron, se dió un aviso a todo el pueblo para que así se lleve acabo una fiesta. Los alfas en el palacio de tierra se alegraron también, menos uno de ellos que parecía tener un poco de celos.

Pero...¿Quién era el?, ¿Quién era el para ponerse así?. Ah sí, era el primero del harem, era el alfa el cual siempre estuvo cuando Zhan tenía malos días.

El peor error fue enamorarse del rey, sí, su peor error fue ese, lo tenía todo para ser el esposo o el segundo esposo del rey pero nada, si tan solo le diera un hijo...

Sí, eso, un hijo, puede hacerlo. Necesitaba a una curandera para poder adelantar su celo, si adelantaba su celo podría dejar en cinta al rey, y ahora que ya tenía cachorros sus hormonas eran más fuertes y era más fácil que quede en espera.

Pero eso tendría que ser hasta dentro de unos años, porque ahora era imposible, además de que todos los alfas del harem estaban medicados para no tener el celo.

Rey OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora