6.- ¿Club nocturno? No, gracias

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Solo una vez en la vida había estado en un escenario similar. Mi familia decidió hacer una fiesta después de que me gradué (en contra de mi voluntad). Ellos fueron los que se emborracharon mientras yo terminé cuidandolos. Tenía la sensación de que se repetiría ese escenario. James y Elliot no eran precisamente unos chicos tímidos. Levantaron a Millie de la silla y la sacaron a bailar por turnos, mientras el otro se iba a buscar a alguna otra chica. Me pareció curioso que no intentaran sacar a bailar a Annie. Permaneció callada y quieta, con las manos en el regazo y la mirada baja. Solo por confirmar, pregunté:
-¿Tú eres la chica de la tienda?
Ella apretó los labios y los puños.
-Si...
¡Maldita sea! Ahora ella desconfiaba de mí por haberla tratado de ese modo. Sin embargo, aún tenía otro método, más arriesgado, para hacerla hablar ...
Fui a la barra y le traje otro trago.
-Disculpa por lo de la tienda... me dan algo de desconfianza los desconocidos. Me tomaste desprevenido.
Le ofrecí el trago. Ella se lo tomó sin decir nada. Me senté a su lado tratando de decir algo. Siendo sincero, jamás fui el mejor para iniciar una conversación, así que esa situación me tenía en jaque. Por fortuna, fue ella quien me sacó del aprieto.
-Me sentí como una imprudente...¡Una chismosa! Solo quería ser amable...Perdón...
A juzgar por el tono lento de sus palabras, temí que Annie fuera del tipo de persona que es derrotada muy fácilmente por el alcohol. De pronto, una mano se posó sobre mi hombro, y voltee.
-¿Te vas a quedar ahí cuidándola? ¿O vienes a bailar? -preguntó Millie.
Esbocé una mueca de desagrado.
-Gracias, pero no me gusta bailar... Creo que tendré que vigilarla.
-Oh, está bien. Solo ten cuidado. A ella el alcohol le hace efecto muy rápido. Llévala a vomitar si lo necesita. Pero déjala disfrutar.
Millie se marchó. Cuando regresé la mirada hacia Annie, ya tenía dos copas con un líquido amarillo con algo rojo en el fondo. Me ofreció una.
-Por favor acéptala. Es mi forma de disculparme.
Tenía la cabeza baja y se veía apenada. Y su tono era tan suplicante... Casi daba ternura (o lástima). No me quedó más remedio que aceptar por el bien de la misión.
-Okey...Gracias...¿Pero por qué te disculpas?
-¡Porque te hice sentir incómodo! -exclamó ella.- Le hice una pregunta impertinente e invasiva a un desconocido. No debí hacer eso. Siempre intento ser amable pero termino diciendo lo que no debo decir... Todo es tan difícil...
Dejé de ponerle atención. Su lado más INFP salía con el alcohol. Por su cara enrojecida ya habían corrido un par de lágrimas, y su ansiedad ya había acabado con la copa entera. Siguió balbuceando. Me animé a tomar un gran sorbo de la copa y al instante fruncí el ceño. Estaba terriblemente cargada de alcohol. Aproveché un momento en el que Annie se llevó las manos a la cara para oler su copa. Estaba igual de cargada. Busqué con la mirada a Millie. Tenía miedo de que alguien hubiera echado algo en nuestras bebidas. En el tiempo que tardé en encontrar a Millie y hacer que se acercara, tuve que seguir escuchando el drama que era la vida de Annie. Su familia decía que era muy sensible, los chicos que le gustaban la rechazaban porque decían que era "inestable", etc. Cuando mi compañera por fin llegó (tambaleándose un poco), le hice saber lo descubierto.
-Oye, huele esto. -dije acercándole mi copa. Ella lo olisqueó un poco y le dió un sorbo.
-Mjm, ¿Qué tiene?
-¡No dije que le tomaras! -la regañé.- muy fuerte. Puede que alguien haya vertido algo en las bebidas. La de Annie es igual.
-Pero sabe normal.
-¡Está muy fuerte!
-Pero aquí es así todo. ¿Qué no leíste el nombre del local?
Tomé la copa y mire por la parte de abajo. Tenía grabado "Dulce Perdición". Fruncí el ceño.
-Esto sabe a cualquier cosa menos dulce.
-Aquí es así. Bueno, me voy a bailar. Cuida de ella, porque a veces vomita.
Millie se fue muy feliz de la vida, dejándome el recuerdo de que podía haber vómito en la situación. Annie ya había pedido otra copa y estaba acabando con ella muy rápido. Debía apresurarme.
-¿Y... a qué te dedicas?
-Soy pasante en... la central Diplomática...puede que después trabaje ahí.
-¿Qué haces en ese lugar? -pregunté forzando una sonrisa. El alcohol hacia su trabajo.
-Papeleo por lo general...aunque me agradaba...aunque después de lo que pasó con ése tipo, lo detesto.
¡Al fin! Ella podría darme algo de información. Seguramente vió o escuchó algo sobre el secuestrado y le remordía la conciencia por su naturaleza de persona buena.
-Mi ex novio...me engañó.
Mis ilusiones se quebraron. Nada más alejado de lo esperado. Annie me contó sobre cómo su ex pareja la dejó sin dudarlo por una chica que hacía cosplay, y como trabajaban en el mismo lugar, tenía que verlo a diario y recordar lo sucedido. Mientras Millie y los chicos bailaban, Annie pasó 40 minutos alargando el tema y lloriqueando. Mantuve todo en mi memoria pero en realidad no me importaba para nada (excepto la mención de una chica con cosplay). Durante ese tiempo, Annie se bebió la otra copa y también la mía. Su voz se fue haciendo cada vez más pesada y lenta. Justo en medio de la mención de los cosplays que usaba la chica, Annie comenzó a tener arcadas. La tomé del brazo y la llevé a los sanitarios. Ella se deshizo de todo el contenido de su estómago mientras yo le sostenía el cabello y evitaba mirar.
-Agg...Gracias James... tú sí eres amable, un buen amigo... no como ese desgraciado... o el tipo de morado...
Por lo visto, me había confundido con su amigo. Sin embargo, la mención a un tipo de morado hizo que me pusiera alerta. Hice sonar mi voz lo más parecida a la de James para preguntar:
-¿De quién hablas?
-¿N-no te conté? El tipo infiltrado de los A-analíticos... intenté preguntarle cosas estando atado... y solo me tra-trató con desprecio.
Ahí estaba. En definitiva había un Analista dentro del edificio Diplomático. Annie volvió a vomitar y se le cayó de la bolsa una tarjeta de identificación. La levanté. Era su pase al edificio. Saqué mi celular y le tomé una foto para usarla después.
-¡He-ey! ¡Mi cabello! -protestó Annie.
-Lo siento, se te había caído esto. -me disculpé devolviéndole la tarjeta. Ella se levantó y se lavó con agua del lavamanos el rostro y la boca.
-Lo siento mucho... Ni siquiera te llamé por tu nombre..
-No te preocupes por eso. Le diré a tus amigos que te pidan un taxi para llevarte a casa. -dije rápidamente. La llevé afuera y me acerqué a James. Al explicarle lo que pasó se alarmó bastante y fue de inmediato a revisar a Annie y a abrazarla. Él se ofreció a llevarla a casa y al oír eso, Elliot se dispuso a acompañarlos. Los tres se fueron en un taxi. En la entrada nos quedamos Millie y yo viendo alejarse al automóvil.
-Qué láaaastima. Se suponía que esta salida era para... hacerla olvidar un poco a ese tipo. -dijo Millie-. Bueno, ¿Quieres entrar y bailar un poco o prefieres ir a casa?
-Prefiero ir a casa. -dije en automático.
-Bueeeeno, annndando.
Millie comenzó a caminar, y se hizo evidente su nivel de embriaguez. Tuve que llevarla con su brazo sobre mi hombro para llegar a casa mientras ella contaba los peores chistes malos que había oído jamás y decía que quería verme sonreír.
La dejé acostada en su cuarto y quedó frita al instante. Ya en mi habitación, saqué mi teléfono y busqué el contacto de Joseph. Le mandé la foto de la identificación de Annie. En definitiva, mi misión comenzaba a prosperar. Le envié un único mensaje a Joseph antes de arrojarme a la cama
-"Ya sabes que hacer amigo".

Espionaje Tipológico (MBTI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora