Capitulo 1

2.8K 209 19
                                    

KARA POV:

Mi padre acababa de venderme. Intercambió mi cuerpo para borrar su deuda con el mismísimo diablo. Una bestia. Literalmente.

Una criatura susurrada entre los aldeanos, temida por todos, y conocida por tener una riqueza y un poder inmensos a los que nadie podría enfrentarse.

Sabía que solo unos pocos la habían visto, pero escuché los rumores sobre su apariencia. Un rostro bestial con un tamaño tres veces superior al de un hombre, su cuerpo monstruosamente enorme cubierto de pelo, Sus ojos con un brillo rojo sobrenatural, y sus manos con garras, tiene colmillos, y me preguntaba si los utilizaba para desgarrar la carne.

Me estremecí visiblemente ante la imagen que evocaba mi mente.

Contuve las lágrimas mientras apretaba las manos con fuerza en puños. La ira, el miedo y la conmoción libraban una guerra en mí.

-No me mires así, kara. No tuve elección.
Tenía que reconocer el mérito de mi padre... al menos parecía desconsolado.

-Siempre tienes una opción. ¿Cómo pudiste entregarme así? ¿Y a la bestia? -Siseé la última parte.

Sus hombros se hundieron y bajó la cabeza, exhalando como si fuera su vida la que se estuviera arruinando.

-Lo habríamos perdido todo. La pequeña tierra que tenemos, nuestra casa, el ganado... - Me miró. - Nos habríamos quedado sin dinero y en la calle.

-Hubiera sido mejor que casarme con esa... esa Bestia--Me aparté de mi padre, incapaz de seguir mirándolo.

No era un secreto en el pueblo que mi padre tenía una adicción al juego. Debía dinero a demasiada gente. Tenía demasiadas deudas como para poder pagarlas en una vida.

Y finalmente lo alcanzaron.

-Mike no esperará a que le pague esta vez, kara. - suplicó mi padre, intentando tirar de mi corazón.

Esta vez no. Había habido demasiados casos en los que había tenido que agachar la cabeza para arreglar sus errores, en los que había tenido que utilizar los pocos ahorros que tenía para pagar a los deudores que habían pasado por ahí. Había tenido que trabajar más con la costurera del pueblo para conseguir algunas monedas adicionales para la comida porque él se había gastado todo nuestro dinero en el juego. Me habían sangrado los dedos porque había trabajado y me había esforzado mucho.

-Lo habríamos perdido todo. - volvió a susurrar lastimosamente.

Había terminado con todo. Porque ya no tengo elección.

-En cambio, estoy perdiendo mi libertad. -Me aparté de él y me dije a mí misma que una dama correcta no actuaba así. Pero nunca había estado tan dolida y enojada en mi vida.

- Iban a quedarse con todo, y luego iban a matarme, kara.

Matarme justo en la taberna anoche con un puñado de aldeanos como testigos si no pagaba.

Lo miré con lo que sabía que era una expresión de horror. El silencio se prolongó, ninguno de los dos fue capaz de hablar después de que esas pesadas palabras fueran pronunciadas y quedaran suspendidas en el aire entre nosotros.

-Esta vez te has metido demasiado en el fondo. - Me pellizqué el puente de la nariz con el pulgar y el índice y exhalé. Estaba cansada. Muy cansada.

-Lo siento. -Sabía que lo sentía, pero de nuevo, siempre lo sentía cuando el viaje era demasiado duro.

-Ni siquiera entiendo cómo te propusieron algo así.

-Uno de sus hombres estaba en la taberna. Escuchó lo que pasaba y dijo que pagaría la deuda, que haría borrón y cuenta nueva si yo accedía a lo que quería a cambio. - Mi padre se atrevió a mirar hacia otro lado, su vergüenza le rodeaba.

-Acepté sin reservas antes de saber lo que quería.

No me avergonzaba admitir que había pensado en huir, escabullirme en la noche y escapar. Pero al mirar a mi padre, sabiendo que lo matarían lentamente porque no estaba aquí para limpiar una vez más su desorden, cualquier pensamiento de dejarlo a los proverbiales lobos salió volando por la puerta.

-¿Cuánto tiempo tengo? - Las palabras fueron empujadas a través de los dientes apretados. Cuando no respondió, lo miré. El malestar en su rostro era tangible. - ¿Cuánto tiempo?
Tragó saliva y miró las llamas que ardían en la chimenea.- Una quincena.

Se me escapó el aire y apoye una mano en en la mesa. Quince días antes de que me entregaran a una bestia, sin duda, me utilizaría de todas las formas deplorables, animales y primitivas que consideraba oportunas.

Beauty and the Beast (Adaptacion Supercorp) Lena GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora