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La soleada mañana acompañaba el hermoso momento dentro del hogar de Yenndo y Ennard.

Ambos se hallaban en su jardín, arreglando algunas flores, sacando otras, y plantando algunas muy hermosas. Pero, sin duda, lo mejor era ver al pequeño de ya dos años sostener su palita de plástico junto con un baldecito en sus pequeñas manitas.

A Yenndo aquello le llenaba el corazón de ternura, Jackson era un niño muy adorable. Sus regordetas manitas y su sonrisa inocente que mostraba dos dientitos asomándose por ella, cubierto con un sombrerito azul que tenía bordados temáticos de la caricatura Bluey, le producía esas sensaciones que pocas veces se olvidan. Esa sensación tranquilizante de estar en el momento exacto en el lugar exacto.

— Hey —, le llamó Ennard, sacándolo de sus pensamientos —, ¿vas a quedarte mirando el sombrero de Jackson o me vas a ayudar? — rió.

Yenndo sintió sus mejillas enrojecerse, quizás se había perdido un poco en sus sentimientos y pensamientos que descuidó su labor de jardinero aquel domingo.

— Bien, pequeñín — dijo Ennard nuevamente, tomando un cesto que se hallaba a su costado izquierdo mientras se arrodillaba frente a su planta de fresas —, tú y yo sacamos fresas para preparar una rica mermelada mientras papi Yenndo arregla el jardín, ¿te parece?

Jackson asintió emocionado, aplaudiendo con sus dos manitas. Seguido a esto, tomó su pequeño baldecito y empezó a recoger muchas fresas tal como Ennard le había indicado, hasta llenar todo el recipiente.

— ¡Perfecto!, ahora vamos a la cocina — mencionó, y tomándolo de la mano le dijo: — Ahora, le decimos "Adiós, papi" a papi Yenndo.

"Adio papi" — dijo moviendo su manita en señal de despedida, Yenndo le correspondió de la misma forma.

Ambos se alejaron hacia dentro de la casa mientras Jocking, su dálmata, tomaba posición junto a él, echándose en el suelo.

— Bien, Jajas — miró al perro —, ahora somos tú y yo contra el jardín.

Dicho esto, continuaron.

La tarde ya se hacía presente con sus vientos tan característicos. Yenndo tomó posición frente a su obra maestra: había recuperado la belleza de su hermoso jardín.

Habían desde flores ornamentales hasta algunas plantas que daban frutos, como las fresas con las que Ennard le enseñaba a Jackson cómo preparar mermelada.

Sacudió su ropa algo sucia, lavó sus manos y llamó a Jocking para que se adentrase en su hogar mientras su esposo terminaba de servir la mermelada acompañándola de panes deliciosos y té.

Jackson con mucha emoción, le llevó a su papá un pan con mermelada. Yenndo tomó al infante por los brazos y lo sentó en su regazo.

— ¿Tú preparaste esto, corazón? — preguntó, Jackson sonrió muy orgulloso mientras su mirada se iluminaba. — Se ve riquísimo, gracias, cariño — respondió dándole un mordisco.

Honestamente, estaba delicioso.
Ennard no perdió el tiempo, sacó su teléfono y capturó el momento en una foto.

¿Cómo se resistiría a algo tan adorable? Ver a Yenndo con su hijo que le entregaba un pan con tanto orgullo hacía que su corazón latiese más rápido de la alegría, nunca se imaginó que se podía ser tan feliz comiendo mermelada.

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2023 ⏰

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 YENNARD SOFT ; fnaf au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora