𝙋𝘓𝘼𝙔 𝘈𝙉𝘋 𝘓𝘖𝙑𝙀

11

Ricky estaba nervioso. Faltaba mucho menos de 10 minutos para las 4 de la tarde y juraba que su corazón iba a explotar en cualquier minuto. No se había querido arreglar tanto, pero tampoco se veía mal, además Jiwoong no le dijo donde sería específicamente su cita y debía prepararse para cualquier situación.

Se escucharon unos toques en la puerta principal y supo que Jiwoong ya había llegado. Su madre no estaba, así que bajó las escaleras y abrió la puerta para poder ver de una vez por todas a Jiwoong.

Sin duda su corazón iba a explotar.

— ¿Dónde iremos? —quiso romper el hielo cuando iban caminando ya a unos metros de su casa.

— Es una sorpresa, espero que te guste — Eso no respondía su pregunta.

— ¿Mmh y es lindo?, ¿hay muchas personas?, ¿o tal vez...

— No te daré ninguna pista, Ricky — rió el mayor — Ricky suspiró desganado pero en realidad estaba muy emocionado.

Llegaron a una parada de autobús y Jiwoong hizo parar uno que él había tomado muy pocas veces debido a que ninguno de sus destinos eran lugares a los que iría a menudo.

— Me tienes muy curioso, dime a donde iremos ― regañó como un niño pequeño, a lo que Jiwoong solo le sonrió ladino e ignoró — hey, no me ignores.

— No te desesperes, llegaremos pronto.

El bus volvió a andar y ambos siguieron conversando de cosas sin importancia, luego simplemente escucharon música de la playlist de Jiwoong compartiendo audífonos.

— Hay que bajarnos — dijo Jiwoong.

Ambos se levantaron y tocaron el timbre para bajarse. Volvieron a caminar en línea recta.

— Jiwoong, ya dime...

— Pero si ya falta menos ― respondió — cierra los ojos.

— Esto se está poniendo raro — murmuró desconfiado pero igual acatando lo dicho por Jiwoong.

Sintió a Jiwoong tomar sus manos y por instinto abrió sus ojos de golpe, pero Jiwoong le volvió a señalar que los cerrara. Caminaron unos cuantos pasos hasta que Jiwoong lo soltó pero insistía en que tuviera los ojos bien cerrados.

— Camina, confía en mí― escuchó.

Ya a esas alturas tenía una vaga idea de donde podrían estar. Caminó pero ahora si tenía algo de miedo.

— El piso se está moviendo — dijo alarmado, más no abrió los ojos porque Jiwoong ahora lo tenía agarrado de la cintura con fuerza, pero sin hacerle daño- — Y-ya los puedo abrir?

—Sí — confirmó Jiwoong. Su respiración casi chocaba con su rostro.

Ricky abrió sus ojos y confirmó lo que su mente había pensado minutos atrás. Estaban en el mar, en un bote a unos metros de un puente. Si su memoria no fallaba, el río Han estaría unos kilómetros mas allá.

— ¿Está era la sorpresa? — preguntó con una sonrisa de enamorado. Aun sentía la firmeza del agarre en su cintura.

— Se me hizo una buena idea, no estar rodeados de personas que nos interrumpan y poder estar solo tú y yo — respondió el mayor.

Seguro debo estar sonrojado, pensó Ricky.

— ¿Y sabes remar?, ¿o nos quedaremos todo el tiempo parados? — bromeó.

— Puedes sentarte si quieres, no estaremos toda la tarde en este bote...

Ambos siguieron bromeando y hablando cosas sin sentido que para ellos era lo más interesante del mundo. Lograron saber cosas del otro y casi en cada frase había una risa o sonrisa que hacia compañía, hasta que por fin llegaron a una pequeña parte del recorrido que era muy hermosa.

Algo lejos de la orilla se distinguía un inmenso árbol, no cualquiera, un cerezo. Y bajo este un precioso pasto verde que resaltaba junto con los demás elementos del paisaje.

— Llegamos al final del recorrido — habló Jiwoong mientras acercaba el bote a la orilla — podemos bajar...

Ricky le sonrió y bajó del bote, esperó a que Jiwoong también lo hiciera y caminaron hacia ese bello árbol.

— Debo darle crédito a mi madre por darme ideas para esta cita — escuchó a Jiwoong sin dejar de observar lo lindo a su alrededor.

— Es muy bonito — habló posando su mirada nuevamente en el árbol.

— Lo es — sonrió Jiwoong, pero mirando a Ricky — vamos, no te traje hasta aquí solo para quedarnos en la orilla.

Ambos se sentaron y pudieron ver a lo lejos como las calles se iluminaban a lo lejos. Ya era bastante tarde, pero no tenían prisa por irse de aquel lugar.

— ¿Cómo se te ocurrió la idea de venir aquí? — preguntó Ricky. Estaban recargados en el árbol, lo bastante cerca como para sentir el calor corporal del otro.

— Ya te lo dije, mi madre me dio la idea — respondió — la verdad nunca había tenido una cita, así que le pedí ayuda y me dijo que este era un buen lugar para relajarse y olvidarse de las demás personas.

— ¿Entonces la idea era estar solo tú y yo?

— Creo que es algo que todos necesitamos, alejarnos de los demás y estar solo con la persona que quieres...

Ricky bajó su mirada avergonzado.

— Gracias... Jiwoong.

Jiwoong lo miró y sonrió con ternura. Nunca había podido decir lo que realmente sentía con tanta facilidad. Ricky lo hacía todo muy fácil, pero no aburrido.

— Gracias a ti...

(...)

Había sido una buena cita, al final Jiwoong había ido a dejar a Ricky a su casa y se despidieron con un sutil beso en la mejilla.

En ese momento Ricky pensó en las palabras de Gyuvin "no apures las cosas".

Jiwoong caminó a la parada de autobús y fue a su casa con una sonrisa. Saludó a su madre y subió a su habitación de igual forma. Una muy buena tarde.

Vio su celular y su sonrisa desapareció poco a poco. Ahora miraba con angustia el calendario que le recordaba el partido final el día miércoles.

Lo había olvidado.

Fue a darse una ducha y enfriar su cabeza para poder pensar las cosas con claridad, debía haber una solución. Pero al final de la noche, solo pudo pensar en una de ellas y con ansiedad y decepción consigo mismo envió un mensaje a Matt para que pudieran hablar.

¡QUÉ BONITOOOS! ㅠㅇㅠ