El pasado

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"¡Mamá, despierta mamá!" repetía Denise, la pequeña kraken de 5 años, hacia su madre Nerissa. Aunque el sol apenas comenzaba a iluminar la habitación, la emoción de la pequeña era imposible de contener.

Nerissa, todavía adormilada, se volteó hacia el lado de la cama en busca de un poco más de descanso y murmuró, "Aún es temprano." Su voz estaba cargada de sueño, y su deseo de permanecer entre las sábanas era evidente.

Sin embargo, la persistencia de Denise no tenía límites. "Despierta mamá," continuó insistiendo la pequeña sin dejarse desanimar. Las palabras de la pequeña resonaron en el aire, mientras Nerissa, con los ojos cerrados, respondió en tono suave, "Ve a despertar a tu abuela primero."

Sin perder un segundo, Denise salió de la habitación y se encaminó hacia el cuarto de su abuela. Al escuchar la puerta cerrarse, Nerissa se acomodó en su cama y se sumió en un sueño que no duró más de 20 minutos.

La tranquilidad se rompió cuando una almohada voló directamente hacia el rostro de Nerissa. Abriendo los ojos de par en par, se encontró con Chelsea, quien había entrado con Denise a rastras. La pequeña estaba desbordante de risa, disfrutando la travesura mañanera de su abuela.

Con una sonrisa aún adormilada, Nerissa bromeó, "Creo que necesito un escudo anti-almohadas por la mañana."

Resoplando y riéndose a la vez, reconociendo la necesidad de levantarse, Nerissa se desprendió de las sábanas y se puso en pie. Aunque el sueño todavía acariciaba su rostro, se preparó para enfrentar el día. Chelsea, por su parte, también parecía afectada por la somnolencia matutina.

"Muy bien, a comenzar el día," dijo Nerissa mientras se estiraba. Su mirada se encontró con la de Chelsea, ambas compartiendo la lucha contra la tentación de quedarse en la cama.

"Ve a jugar abajo, mi pequeña kraken. Deja que nos arreglemos para bajar -dijo Nerissa con una sonrisa, mientras acariciaba el cabello de Denise. La niña asintió con entusiasmo y salió corriendo de la habitación.

De dónde saca tanta energía tu hija -dijo Chelsea mientras se frotaba los ojos con cansancio. Siempre se levanta temprano.

No lo sé, supongo que le gusta aprovechar el día. A mí me gustaría dormir un poco más, pero ya sabes cómo es Denise -respondió Nerissa con una mezcla de orgullo y cansancio.

Así han pasado 5 años desde que Nerissa huyó con la bebé kraken que secuestró a la superficie. Por suerte para ella, conoció a Chelsea, a la cual manipuló para que la dejara vivir en su casa. Además, esta le ofreció trabajo en su tienda de regalos.

Sin embargo, en medio de la nueva normalidad, Nerissa enfrentó dos desafíos. El primero fue la adaptación a su papel de madre adoptiva de Denise. La energía inagotable de la pequeña kraken la asombraba, haciéndola preguntarse si todos los bebés krakens eran igual de activos. Afortunadamente, Chelsea, con su experiencia en el cuidado de niños, se convirtió en una abuela cariñosa para Denise y un apoyo invaluable para Nerissa. Solía salir a pasear con su abuela y su madre

A pesar de la creciente armonía en su hogar, Nerissa imponía una regla estricta en relación con su hija. La norma inquebrantable era que Denise no podía acercarse ni aventurarse en el océano. Esta regla encerraba secretos profundos y oscuros del pasado de Nerissa, que ella guardaba.

......

¿Por qué no quieres que Denise se acerque al océano? -preguntó Chelsea con curiosidad. Es un lugar hermoso y lleno de vida.

-No es seguro para ella -respondió Nerissa con evasión. Hay cosas que no entiendes, cosas que yo sé.

-¿Qué cosas? -insistió Chelsea, notando el tono misterioso de Nerissa.

Krakens y Sirenas: Conoce a Denise Van Der ZeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora