Nerissa se revolvía en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Faltaban pocos días para el cumpleaños de Denise y aún no se sentía lista para tomar aquella decisión que cambiaría su destino.
La habitación oscura apenas mostraba los contornos de su figura inquieta mientras se debatía entre el amor de madre y su deber como reina de las sirenas. Cuestionaba su propia capacidad para tomar esta decisión, sintiendo una angustia que se retorcía en su pecho.
—¿Cómo podría siquiera pensar en elegir entre el amor de mi "hija" y mi deber como reina? —se lamentaba en un susurro, buscando convencerse a sí misma de lo que estaba por hacer. Finalmente, se levantó y encaminó hacia el baño, donde el espejo le devolvió una imagen exhausta y atormentada.
El reflejo de Nerissa se convirtió en el eco de su tormento, hablándole con una voz siniestra y burlona que hervía en su mente agotada.
—¿Ves lo que eres? Nerissa, la reina despiadada de las sirenas, la temible gobernante, ¿vacilando sobre una simple kraken? —se burlaba el reflejo, su tono lleno de desprecio. Sus palabras caían como dagas en el corazón de Nerissa, que permanecía en silencio, observando su propio tormento en el espejo mientras su reflejo lanzaba risas malévolas.
—La convivencia con estos humanos te ha vuelto débil, ni siquiera puedo reconocerte —la voz de su reflejo estaba llena de desilusión, apuntando directo a sus inseguridades—. ¿Vas a tirar todo por la borda por tu "hija"?
Nerissa no contestó, solo contempló su reflejo mientras este continuaba su cruel diatriba.
No es mi hija —murmuró Nerissa, luchando contra el nudo en su garganta.
—Si Denise supiera la verdad, te odiaría. ¿Estás dispuesta a arriesgarlo todo por ella? —su reflejo siseó sus palabras, hiriendo el corazón de Nerissa más profundamente de lo que habría imaginado. Sabía que tenía razón. Había secuestrado a Denise de bebé, criándola como si fuera su propia hija, ocultándole su verdadero origen. Todo esto era parte de su plan para recuperar el tridente, eliminar a los krakens y dominar el océano.
—Espero que hagas lo correcto cuando llegue el momento —el reflejo concluyó con sarcasmo antes de desvanecerse, dejando a Nerissa sola ante su propia reflexión en el espejo.
Nerissa se despertó sobresaltada, el sueño oscuro y agobiante había sido solo un mal sueño, o más bien una pesadilla. Se levantó de la cama con premura al ver la hora, dispuesta a presentar su mejor rostro a su querida "hija". Pero por dentro seguía sintiendo una terrible duda que la consumía.
¿Cuál era la decisión correcta? ¿Continuar con su plan y traicionar a Denise o renunciar a todo por el amor que sentía por su quería "hija"? Las preguntas retumbaban en su mente mientras se vestía, incapaz de encontrar una respuesta clara.
—Lo haré —susurró Nerissa, sin estar segura de lo que exactamente haría, pero sabiendo que había llegado el momento de enfrentar su dilema.
El sonido constante del despertador llenó la habitación, molesto y persistente, hasta que finalmente alguien se acercó a la cama y lo detuvo. Era Nerissa, cuya figura se perfiló en la penumbra mientras acariciaba con ternura el cabello de Denise, tratando de despertarla con suavidad. Sin embargo, al ver que su hija no se levantaba, optó por una táctica diferente y tomó una almohada, con la cual comenzó a darle suaves golpes hasta que finalmente Denise se vio forzada a abrir los ojos.
—Estoy despierta, mamá, y ya no soy tan pequeña —respondió Denise, riendo mientras trataba de defenderse de los golpes almohadilleros de su madre.
-Baja que el desayuno está listo y además te tengo una sorpresa – dijo nerissa levantándose y saliendo del cuarto
Rápidamente, Denise se levantó de la cama, emocionada por la promesa de una sorpresa que su madre le había hecho. Sus ojos brillaban con anticipación y alegría mientras se preparaba para bajar a toda prisa.
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Krakens y Sirenas: Conoce a Denise Van Der Zee
FanfictionDenise, una joven kraken ajena a su origen, vive como la hija adoptiva de Nerissa, la reina de las sirenas. Sin embargo, un enigma ancestral yace bajo las olas, un secreto que Nerissa guarda con recelo.