Nerissa llevó a la pequeña Denise a su habitación con suavidad, sabiendo que era hora de dormir.
"Pequeña, ya es hora de dormirse, ya es tarde", comentó Nerissa mientras observaba a la pequeña Denise, que aún tenía mucha energía la cual jugaba con sus cosas.
La pequeña, aunque juguetona, no protestó ante la sugerencia de su madre. "Aún no tengo sueño, mamá", contestó, aunque su mirada mostraba un brillo de emoción.
Nerissa sonrió y se acercó a la cama de la pequeña. "Bueno, si te vas a dormir, te contaré un cuento", dijo con una sonrisa, consciente de que a su hija le encantaban las historias antes de dormir.
Sin dudarlo, la pequeña corrió hacia su cama y se acomodó bajo las sábanas, mirando a su madre con entusiasmo.
"Cuéntame el cuento, mamá", pidió con ansias.
Nerissa se sentó junto a la cama y le acarició el cabello. "Por supuesto, pequeña", respondió con cariño, antes de comenzar a relatar el cuento. Sin embargo, su narración fue interrumpida por la pequeña.
"Mamá, perdón por interrumpirte, pero hay algo que quiero preguntarte", dijo la pequeña con una mirada inocente.
Nerissa asintió, un poco sorprendida por la interrupción "Claro, pequeña", respondió Nerissa un poco confundida. Se preguntaba qué es lo que le iba a preguntar la pequeña. "¿Qué quieres saber?"
La pequeña expresó su confusión. "Lo que pasa es que no entiendo por qué hoy las personas empezaron a llamarte por el nombre de la abuela", comentó con curiosidad.
Nerissa inventó una explicación en ese momento para evitar hablar de la verdadera razón. "Te refieres a eso, pequeña. Antes de que tu abuela se fuera les dijo a los demás que yo tomaría su lugar y que deberían referirse a mí por su nombre", respondió con seguridad, tratando de que su hija aceptara la explicación ficticia. No quería contarle la verdad sobre lo que había pasado con Chelsea.
La pequeña no dijo nada, solo se quedó pensando en lo que dijo su madre. Le parecía extraño que su abuela se hubiera ido sin despedirse de ella. Le parecía raro que su madre usara el nombre de otra persona. Le parecía triste que no hubiera fotos de su abuela en la casa.
"Mamá, ¿por qué ya no están las fotos de la abuela en la casa?", preguntó la pequeña, mirando a su madre con una mezcla de tristeza y curiosidad. La cual soltó una sonrisa forzada.
Nerissa soltó una risa nerviosa. "Traviesa, no que solo tenías una pregunta", bromeó, tratando de desviar la atención de su hija.
"Pero contestando a lo que dices, tu abuela se llevó las cosas para tener un recuerdo sobre nosotras, pequeña", mintió Nerissa abrazando a su hija. No quería decirle que había guardado las fotos para evitar el dolor a su hija de recordarla.
La pequeña se sintió triste al escuchar la respuesta de su madre. Extrañaba mucho a su abuela. Nerissa al notar esto abrazó con más fuerza a su hija.
"No tienes que estar triste, pequeña. Tu abuela tarde o temprano va a volver y ella también te extraña como no tienes idea", consoló Nerissa, aunque sabía que era muy difícil que Chelsea volviera. Pero no quería quitarle la esperanza a su hija.
Nerissa decía eso para consolar a su hija, pero sabía que era mentira. Sabía que chelsea nunca volvería, porque ella misma la había matado.
"¿Tienes alguna otra pregunta, mi pequeña?", preguntó Nerissa mientras acariciaba a su hija, tratando de volver al cuento que había prometido.
La pequeña pareció conformarse con las respuestas, pero aún tenía dudas. Su mente estaba llena de preguntas, pero por el momento dejó el tema de lado.
ESTÁS LEYENDO
Krakens y Sirenas: Conoce a Denise Van Der Zee
FanfictionDenise, una joven kraken ajena a su origen, vive como la hija adoptiva de Nerissa, la reina de las sirenas. Sin embargo, un enigma ancestral yace bajo las olas, un secreto que Nerissa guarda con recelo.