Dos chicos llamados Mike y Acenix, se encuentran en la casa del joven peli gris, y por curiosidad, el canino decide convencerle a su amigo entrar al desván a mirar que cosas misteriosas o interesantes se encuentran, y es allí, donde encuentran una t...
El felino no pudo reaccionar al ver que volvía a tener esa cosa irreal delante de sus narices... Simplemente, le costaba creer que eso había vuelto de nuevo...
El felino cogió temblorosamente el móvil y marcó de nuevo a su amigo, al cual tardó en contestar:
- Vamos... Cógelo -se decía a si mismo el felino, mordiéndose las uñas-
- ¿Que pasó? -respondió el can, después de que lo cogiera-
- ¡Gracias a Dios has vuelto a cogerlo, porque tienes que volver! -le gritó el felino, de forma enojada-
- ¿Ok? ¿Pero podría entender t-no pudo terminar el can ya que el felino colgó la llamada-
El felino esperó a su amigo acostado en la cama, sin mirar lo que tenía delante suyo, ya que igualmente, sus ojos le decían que era mejor que no lo mirara.
Varios minutos después, llegó el can, y le abrió la puerta la madre del felino.
- Hola Mike, Acenix está en su cuarto -le anunció su madre, mientras se apartaba para dejar pasar al amigo-
- Muchas gracias señora, hola señor -dijo el can con una enorme sonrisa mientras andaba hacia la habitación de su amigo-
El padre le devolvió la sonrisa.
Cuando el can entró al cuarto, miró a su amigo con cara de "¿Que pasa?" Y este le miró con cara de "mira lo que tienes delante", el can obedeció y cuando vio lo que tenía delante... Le entraron ganas de gritar.
- ¿¡Pero que coño hace esto aquí de nuevo!? -gritó descontroladamente el can-
- ¡No lo sé, Mike, no lo sé! -replicó el felino con aún más enojo-
- Se supone que ya lo rompiste y lo tiraste al lago, ¿No? -dijo el can, con afirmación-
El felino asintió.
- ¿Entonces porqué vuelve estar aquí? -prosiguió el can, con más calma-
El felino sacudió la cabeza.
- No tengo ni idea-
- ¿Y si llamamos a los otros? -dijo el can, cogiendo el celular-
- Si, llámalos y diles que nos encontramos en la plaza -apresuró a decir el felino, mientras cogía la tabla y la flecha y salía por la ventana de la habitación- vamos, sígueme.
El can asintió e hizo lo mismo que su amigo, y después les escribió a los otros, por el chat grupal:
(Chat)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El can guardó el móvil en el bolsillo y le avisó al felino:
- Acenix, ya vienen -dijo el can, llamando la atención del felino-
- Genial, ahora toca esperar -dijo el felino mientras se sentaba al suelo-
El can y el felino esperaron a sus amigos por más de 12 minutos, hasta que aparecieron algo preocupados.
