Era un día tal como otra cualquiera, donde no había nada que hacer más que ver televisión o trabajar, al menos con que tuvieras el lujo de viajar con suficiente dinero.
Hacía calor, era normal para ser verano pero Ouma odiaba los días calurosos. El sudor se pega en la ropa y te cansas más rápido. De no ser porque lo habían invitado a una salida no hubiese salido a ningún lado de su frío apartamento.
Saihara lo había invitado a esta salida, y Ouma pensó que sería una linda cita entre los dos, pero no resultó de esa forma ya que asistió medio grupo. Él ya sabía sobre la salida sería entre todos, porque Akamatsu ya lo había invitado antes, pero su desilusión ganó pensando que podría haber sido otra cosa entre Saihara; estaba totalmente equivocado.
— ¿Entonces, qué haremos? — preguntó Ouma con una paleta helada entre su boca, no mostrando mucho entusiasmo en esta salida.
— Solo será un día tranquilo entre amigos — respondió Akamatsu con una suave sonrisa.
— Será divertido — añadió Amami, quien estaba ayudando a las chicas cargar sus pertenencias.
— Oh, ¿acaso estás intentando cortejar alguna chica, Amami-chan?
— Muy gracioso, Ouma-kun — no parecía molestarle, incluso sonrió y siguió su camino.
— ¡No lo molestes! — pero se había entrometido el hombre de la luna, dándole un golpe “suave” en la cabeza de Ouma.
— ¡Ah! ¡Por qué me violentas, Momota-chan! — hizo un puchero con lágrimas ya saliendo de su cara como protesta.
— ¿Por qué no dejas de molestar a los otros? Al menos Amami es más amable y maduro que tú.
“Ni que fueras mi madre.” quiso decirle, pero sería mejor guardar eso, hacía calor como para enfrentar a un tipo como Momota.
— Como sea.
Pasó de un lado dejando de darle importancia, solo era un broma, no tenían sentido del humor.
— ¿Qué tal si dejamos las cosas por acá? Está vacío y hay un árbol debajo — sugirió (el querido) Saihara, señalando el lugar que dijo.
— ¡Se ve bien! — siguió la pianista.
Y todos aceptaron de bajar sus pertenencias encima de un gran mantel traído Toujou, igual que mucha comida.
Ouma se recostó encima del mantel debajo de la sombra del árbol tratando de ignorar el calor que se esparcía en la zona; había acabado su paleta en el camino.
— ¡Esto es aburrido! — exclamó a todo pulmón.
— ¿Por qué siquiera viniste? — habló Harukawa, aunque ni le miraba.
— Si estás aburrido podrías ver lo que hacen otras personas — sugirió Shirogane, aunque tampoco le prestaba atención al estar hablando con Akamatsu y Amami.
Y por supuesto, Ouma se levantó con un poco de energía y fue hacía donde se encontraría Saihara, quien estaba pasándolo con los idiotas de Kiibo e Iruma.
Dramáticamente, el peli-morado se lanzó por detrás de Saihara, abrazando por los hombros y cuellos del detective, asustando un poco a éste.
— ¿O-Ouma-kun?
Pero lo ignoró.
— ¿Qué están haciendo par de tórtolos? — sonrió divertido dirigiéndose hacia Iruma y Kiibo.
— ¿T-tórtolos? — Kiibo fue el primero en reaccionar nervioso.
— Bah, aunque te lo diga tu pequeño jodido cráneo no lo entendería.
Infantilmente, Ouma le sacó la lengua como respuesta. Luego de soltar a su querido Saihara de sus brazos fue más de cerca para ver qué hacían.
— ¿Qué es eso?
— ¡Te dije que tu podrido cerebro no lograría entenderlo!
— ¿Acaso es un mejora para Kiibo? ¿Al fin podrá lanzar láseres por los ojos y perforar a alguien? — preguntó Ouma con entusiasmo.
— ¡Ya te dije que no necesito eso ni soy de esos tipos de robots! — defendió el mismísimo robot.
— Es un aparato para cambiar de personalidad... — interrumpió Saihara entre esa charla infantil.
— ¿Eh? ¡¿Acaso piensan cambiar mi personalidad?! ¡Y yo pensé que era bueno con ustedes! — y empezó a soltar su llanto típico de cocodrilo.
— No todo es sobre ti... — dijo Kiibo.
— Aunque... — sonreía perversamente Iruma, de una muy mala forma — si lo dices así, no suena mala idea — y apuntó hacia Ouma.
— ¡Espera!
Cuando parecía tirar del gatillo de lo que inventó ella, Ouma rápidamente se escondió detrás de Kiibo como si fuera su escudo personal, haciendo que el rayo que la lanzó rebotara entre el metal y... ¡apuntando hacia Saihara!
— ¡Saihara-chan! — Ouma sintió una preocupación subir en todo su cuerpo.
— ¡Ah! ¡Juro que no iba a disparar de verdad! — se lamentó Iruma yendo a revisar a Saihara.
Y toda la conmoción trajo a las otras personas del grupo, rodeando para ver qué había ocurrido.
— ¡Saihara-kun! — llamó Akamatsu preocupada.
Ouma rezaba (por más que no creía en un dios) que el rayo no hubiese sido mortal y le hubiese hecho daño a Saihara.
— Se encuentra bien, solo se desmayó por el golpe... — revisó Toujou, pasando sus manos en el frente y el pecho de Saihara; seguía respirando.
— ¡Esto es tu culpa! — Ouma culpó apuntando a Iruma enojado.
— ¡¿Qué?! ¡También sería...!
— ¡Callénse los dos! — ordenó Harukawa con una mirada asesina a los dos — Mejor llevemos a Saihara a casa, si no está peor.
Todos concordaron y terminaron rápidamente la salida, no iban a echar la culpa a nadie por un accidente. Lo que rápido acabó también rápido comenzó otro problema.
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Cambio de Personalidad
RandomEra un día como cualquiera, habían planeado un paseo entre amigos... de no ser por Iruma y Ouma, quien complicarían las cosas acabando el paseo de prisa y cambiando la personalidad accidentalmente a Saihara. **•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ ˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚* Personajes...