Habían pasado tres días desde ese “incidente”, de los cuales eran normalmente cuidado y visitas a la casa de Saihara. Podrían haberlo internado a un hospital para ahorrar problemas pero no era nada grave y el dineral para los hospitales mayormente era un robo; dejaron el opción de ir a un hospital como último recurso.
Naturalmente, quien hacía mayormente esas visitas y cuidado era Toujou, ya que era quien estaba más calificada para cuidar a alguien en estas circunstancias. A veces iban Akamatsu, Harukawa y otras veces Amami, en tal caso de que se despertara Saihara para cuidarlo mejor.
No dejaban a Ouma cuidar del enfermo, no confiaban a él de cerca ni para cuidarlo. ¿Qué creían que iba a hacer? ¡También era un adulto responsable como ellos! Solamente iba algunas noches para vigilarlo.
“Si Saihara llega a despertar llámame o a Toujou”. Dijo Harukawa.
¡Como si fuera un niño!
Aunque debía de admitir, que vigilar al detective hasta tarde siempre le daba sueño y caiga dormido en el sillón que estaba en su cuarto. Estaba acosumbrado a dormir tarde, pero no tanto.
Esta vez reposó al lado de Saihara, en una esquina de la cama, puso sus brazos como almohada y cayó dormido lentamente. Sus ojos y cabeza no aguantaban más... tanta preocupación...
No sabía cuánto había pasado, esperaba que solamente unas pocas horas antes de que llegue Toujou para regañarle. Cuando sintió unos cosquilleos en su cabeza despertó los pocos sentidos que podía.
Honestamente, no estaba acostumbrado bajar su guardia de esta forma, así que se despertó de un golpe cuando se dio cuenta de aquellos cosquilleos, levantando su cabeza de prisa como si un profesor lo encontrara durmiendo en clases.
Recordó en dónde estaba. Quizás por eso bajó su guardia.
— Adorable... — oyó una voz hablar.
Y la única voz que podría haber era de él o de...
— ¡Saihara-chan! — miró aliviado hacia el hombre ya levantado de su cama.
Se veía bien, algo desnutrido por no comer y voz ronca por falta de agua en estos tres días (probablemente por eso Ouma oyó mal lo que dijo), pero se veía... bien, como él en apariencia.
Debería llamar a Toujou para avisarle y que le prepare algo de comer, él no era bueno cocinando.
— Ouma-kun... — llamó Saihara, con un tono risueño y una sonrisa embobada.
— ¿Sí, mi dulce Saihar-chan? — respondió de vuelta, esperando que pidiera algo.
Lo único que recibió fue un risilla, similar a las chicas de series americanas cuando un chico se da cuenta de ellas.
Ok, tal vez Saihara no estaba del todo bien... quizás el rayo le quemó unas neuronas o algo, debería llamar a Iruma para echarle la culpa y hacer algo al respecto.
Pero para cuando agarré el celular, fue tirado justamente al (duro y frío) piso cuando Saihara de repente atacó con un abrazo a Ouma, casi tumbando a ambos hacia dicho suelo, además de que Ouma seguía en una silla que podía caerse.
— ¡¿Saihara-chan?! — gritó Ouma asustado.
No puede ser, estaba abrazándole... ¡No, debía concentrarse! Trató de empujar a Saihara lejos y poder llamar ayuda de sus compañeros pero... ¡¿Desde cuándo Saihara era tan fuerte?! ¡Tenían los mismos brazos flacuchos como los de él!
— Ou-ma-kun... — diji su nombre otra vez, pero separaba las silabas lentamente cerca de su oído.
Y dios, quién sea que esté arriba, Ouma estaba seguro que moriría ahí mismo, iba a derretirse por cómo lo llamó o que Saihara lo vaya a matar de esa locura repentina. Probablemente ambos.
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Cambio de Personalidad
RandomEra un día como cualquiera, habían planeado un paseo entre amigos... de no ser por Iruma y Ouma, quien complicarían las cosas acabando el paseo de prisa y cambiando la personalidad accidentalmente a Saihara. **•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ ˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚* Personajes...