6| La tregua.

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Di un largo trago de mi bebida y mordisqueé la pajilla roja entre mis labios. Tensé la mandíbula y aparté la mirada de las dos chicas mostrándose cariñosas frente a nosotras.

Mi mirada se posó en Sadie, quien no lucía mucho mejor que yo. Su mirada café cargada de enojo y escepticismo se encontraba fijamente posada sobre Faith y Alexis a unos metros de nosotras.

Alexis se encontraba parada justo detrás de Faith, con sus brazos rodeándola y sus manos, ayudándola a sostener la pesada bola, aparentemente mostrándole la postura y técnica correcta para lanzarla sin que esta se desviara hasta los canales a los costados de la pequeña pista de los bolos.

—¿Qué carajo ocurre con ellas? —preguntó Sadie, aun sin apartar la mirada de nuestra amiga y la chica que me gustaba, juntas.

Solté un suspiro, siendo testigo de cómo Faith miraba a Alexis por encima de su hombro con un brillo particular en su mirada mientras le sonreía por algo que ella le decía.

Giré los ojos, apartando la mirada de ellas y tomando una papa frita de la canasta en nuestra mesa, llevándola hasta mi boca y mordiéndola a la mitad con rabia.

—Esa es una muy buena pregunta... —murmuré, prestando toda mi atención a la pantalla sobre nosotras, la cual indicaba los puntos que cada una de nosotras llevaba en nuestro juego.

Sorpresivamente, o quizá no, dependiendo a quién le preguntases, Alexis Indigo lideraba el juego.

«Vayamos a los bolos, será divertido» Sí, bueno, ni Sadie ni yo nos estábamos divirtiendo con el espectáculo frente a nosotras.

Faith había llamado a última hora por la mañana para pedirnos a Sadie y a mí que la acompañásemos a jugar bolos. Para sorpresa de nadie, Sadie no había puesto resistencia alguna a la invitación, aceptando inmediatamente. En cambio, yo sí que me resistí un poco más a la idea.

Me encantaba pasar tiempo con mis amigas, realmente disfrutaba demasiado de su sola compañía, pero no había sido lo mismo desde la fiesta de cumpleaños de Faith, cuando la idea de que ella y Alexis comenzaran a ser demasiado cercanas me golpeó, despertando en mí una sensación que nunca antes había sentido con nadie.

Habían pasado diez días desde la fiesta de cumpleaños de Faith. Diez días durante los cuales no había vuelto a interactuar con Alexis. Diez días en los que Faith mantuvo constantes intercambios de mensajes de texto con Alexis.

Intentaba no sentirme mal respecto a ello, pero no podía. Me resultaba imposible no sentir un enorme vacío en la boca de mi estómago cada vez que la posibilidad de Faith y Alexis juntas llegaba a mi mente.

Sadie tensó la mandíbula al observar como Alexis acariciaba de manera cariñosa la espalda de Faith antes de dar un par de pasos hacia atrás, dejándola lanzar.

Cuando la bola de Faith tiró la mayoría de los pinos, mi amiga comenzó a dar pequeños saltos de alegría, como una niña entusiasmada. Se giró hacia Alexis y sin pensarlo la envolvió en un abrazo eufórico, mismo que fue correspondido por Alexis, sin parecer incómoda en lo más mínimo.

Sadie jadeó, luciendo ofendida.

—Parece que están...

—¿Coqueteando? —pregunté con amargura en mi voz.

Aparté la mirada, posándola sobre mi amiga, quien lucía realmente alterada ante la escena.

Su rostro enrojeció mientras cerraba fuertemente su puño, acción que me hizo alzar una ceja.

Después de unos segundos suavizó su agarre, dejando salir un suspiro.

—No tiene sentido, Faith no es así —murmuró, posando su mirada en el suelo mientras meditaba.

Promesa de amor en espera   [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora