10|Cómplices en el amor.

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Una aclaración de garganta me desconcentró de la lectura frente a mí.

Me congelé en mi postura con la cabeza hacia abajo y mis ojos sobre las palabras en las hojas.

—¿Sabes? Si continúas apareciéndote por aquí sin antes avisar, de verdad comenzaré a creer que lo haces por qué estás acosándome.

Sonreí ampliamente ante su declaración, reconociendo su voz de inmediato.

Levanté lentamente la mirada, encontrándome con la suya, la cual tenía un brillo de diversión, haciendo que sus iris se volvieran más azules de lo normal.

Dibujé una mueca, llevando mis codos sobre la mesa y cruzando mis brazos frente a mí.

—¿Demasiado obvio? —cuestioné, bromeando.

Alexis desvió la mirada y se encogió de hombros con aire indiferente.

La verdad era que, si bien el hecho de que Alexis trabajara en The Corner había sido un excelente incentivo para hacerme visitar aquella cafetería más veces de las que pudiera haber imaginado, en realidad había encontrado un excelente lugar de inspiración y relajación en aquella cafetería, además de que su café espumoso había sido el mejor que jamás hubiera probado antes.

Ambas soltamos una pequeña risa antes de que ella arrastrara la silla frente a mí hacia atrás para tomar asiento sin siquiera preguntar.

No es cómo que me quejara por su acción, simplemente me pareció maravilloso que no tuviera que tan siquiera considerar preguntarlo, dando por hecho que no me molestaría.

Al tenerla frente a mí noté que su cabello no estaba recogido en una coleta desordenada, como normalmente lo solía llevar cada vez que estaba de turno en la cafetería, sino que lo llevaba suelto y con aspecto húmedo. Entonces también noté como en lugar de llevar su típico mandil café, llevaba una sudadera negra holgada con el nombre y escudo de su universidad en el centro, además de unos cómodos pantalones de algodón grises.

Su aspecto tan natural y cómodo solo podía significar que aún no estaba de turno aquel día y su tiempo libre lo había preferido pasarlo junto a mí.

Mordí mi mejilla interna para intentar ocultar una sonrisa.

—Para tu información, vine aquí por las novedades acerca de Sadie y Faith —hablé, saliendo de mis pensamientos y buscando su mirada del otro lado de la mesa.

—Lo sé. Recibí tus veinte mensajes hablando del tema hace unos días —respondió, con una expresión cómica y ocultando sus manos dentro de la bolsa de su sudadera.

Jadeé, falsamente herida por su tono de voz tan recriminatorio.

—Bueno, discúlpame por querer cotillear acerca de ello —declaré con dramatismo—. Soy una persona que vive del cotilleo, Alexis. Y cómo no puedo hacerlo con Sadie ni tampoco con Faith, tú eres la única a quien puedo recurrir.

Ella mordió su labio inferior, intentando contener una sonrisa.

—Pudiste haber llamado si tanto querías cotillear —se limitó a responder.

Negué, mirando hacia otro lado e ignorando el hecho de que había obtenido una invitación a hacerle llamadas telefónicas cuando quisiera hablar. Me puse una máscara para ocultar mi alegría y, en cambio, fingí sentirme decepcionada de que ella no entendiera lo que el cotilleo significaba para mí.

—No lo entiendes —declaré—. Cotillear no es lo mismo si no puedo ver las expresiones faciales de la otra persona mientras lo hacemos.

Devolví mi atención hacia ella al oírla soltar una risa, la cual fue el mejor sonido del mundo si me lo preguntan.

Promesa de amor en espera   [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora