4° La furia de la serpiente

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4º La furia de la serpiente


⸻¿Qué se supone que haremos ahora? ⸻preguntó Remus. Le molestaba la alegría que parecía causar en Albus lo que acontecía con su cachorro.

⸻Bueno, lo primero es mantener ambos cuerpos bajo vigilancia constante ⸻dijo el anciano ⸻. Creo que sería bueno dividirnos en grupos para custodiarlos las 24 horas, ya que no sabemos el tiempo que les tomará volver.

⸻¿Por qué no sólo destruimos a ese monstruo? ⸻sugirió Draco. También le fastidiaba la poca seriedad con la que Dumbledore tomaba la desaparición de Potter. Había aprendido a llevarse bien con el impulsivo león.

⸻No podemos. A no ser que queramos arriesgarnos a perder a Harry. Tengo la sospecha de que si dos son los sé fueron, dos son los que deben volver.

⸻¿Entonces qué hacemos? ¿Montamos guardia hasta que Potter y el Lord se dignen despertar? Podrían tardar años... ⸻espetó Severus con más mala leche que al comienzo de la batalla.

⸻Creo que sí, mis muchachos. ⸻sentenció ⸻No nos queda de otra que esperar a que ellos encuentren como volver... o que el hechizo se disuelva por sí solo.

Y los presentes no hicieron más que acatar la orden. Después de todo, nadie tenía una mejor idea.

...

La cena había concluido. Pero no así la curiosidad general por saber más del chico nuevo aparecido de la nada... y que para colmo de males era un león hermano de una serpiente.

⸻Creo que tu hermano es la comidilla del castillo ⸻le susurró Avery. Pero al ver la tensión en su compañero, prefirió dejar el hostigamiento por lo que quedaba de la velada... no era que le intimidara, pero mejor prevenir que lamentar.

⸻Ya es hora de que nos vayamos a la sala común ⸻les comunicó Malfoy. Los demás asintieron y se pusieron de pie para seguir al rubio.

En todo el camino a las mazmorras Tom no pronunció ni la más mínima sílaba. Aún estaba molesto por lo que había hecho Potter y tenía la plena seguridad de que no sería nada fácil convivir con el maldito mocoso que estaba destinado a matarlo. Ja, como si pudiera, se decía para sí mismo; más que nada como excusa para mantenerse atento.

Harry estaba fascinado: había conocido al que podría convertirse en su abuelo en unos años más; ahora le picaba la curiosidad de saber quién podría haber sido su abuela ¿Por qué nunca me preocupé de buscar mis orígenes? ¡Ah, sí! Debía mantenerme con vida, se dijo con sarcasmo... Y ahora que lo pensaba ¿Dónde demonios se metió Tom? Les faltaba hablar de cierto problemita que habían olvidado y que no sabía cómo podría resolverse.

Se puso de pie y miró a la mesa de las serpientes. Nada. Tom había desaparecido junto a la tropa de prospectos a mortífagos.

⸻Lo siento, pero me retiro, debo hablar con mi hermano ⸻explicó. Que atroz suena eso, pensó, y un estremecimiento lo recorrió entero, fingir será más difícil de lo que me imaginaba.

Los demás sólo lo observaban. Pensaban que realmente era un chico bastante raro, pero que más daba, era un nuevo miembro de la camada y había que integrarlo.

⸻¿Vas a las mazmorras? ⸻preguntó Charlus, y Harry sólo se limitó a asentir ⸻Porque si es así te acompaño, seguramente mi pichoncita esta con la demonio...

El ojiverde quedó más confundido que de costumbre y su amigo se echó a reír:

⸻¡Bah! No me hagas caso. Ya entenderás cuando lleguemos.

Se encaminaron hacia el lugar luego de excusarse con Minerva (quien se molestó porque no iban directo a la cama) y con Hagrid y los demás, que ya enrumbaban a la sala común de Gryffindor.

Cambiar para ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora