13º La sonrisa nunca vista

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13º La sonrisa nunca vista

Según Harry la situación no podía ser más ridícula. De haber pasado de ser el hermanito escurridizo de Tom Riddle, había pasado a ser un completo acechador.

No es que el menor estuviese desesperado por ganar la atención del que una vez fue su más ferviente enemigo. Ni siquiera había olvidado que el miserable había destruido su vida al asesinar a sus padres cuando el sólo era un bebé, pero no había podido tener una noche en paz desde que el maldito se lo había follado como un Dios del sexo.

Sus sueños habían ido de mal en peor y es que no podía imaginarse a Tom, si no era desnudo y entre sus piernas.

Ahora se encontraba entrando en el gran comedor.

Había decidido que lo primero que intentaría sería simplemente llevarlo a la locura. Para ello, se había vestido con un short, que apenas y cubrían sus piernas, mas agregado de una polera blanca sin manga que le quedaba más bien suelta.

De mas esta decir que todo el cuerpo estudiantil se había quedado completamente con la boca abierta al verlo, incluido el "hermano" de la divinidad en cuestión.

Tom había sentido una puntada dolorosa en sus partes bajas, que le recordaba que aquello que se estaba exponiendo era suyo. No podía pertenecerle a nadie más, aunque él mismo lo estuviera evitando, más que nada porque no iba a admitir que estaba sintiendo algo raro por el mocoso-que-vivió.

Harry vio con alegría los efectos que había logrado al vestirse de manera tan descarada. Admitía que le daba algo de vergüenza, pero era eso o vivir sin volver a disfrutar como lo había hecho deleitarse Tom. Ya no le importaba para nada que todos lo creyera un inmoral por su supuesto lazo de sangre que tenía con Tom. Se encaminó a la mesa de las serpientes con paso pausando y sensual. Provocando varios suspiros, gemidos y desangres a su paso.

Tom vio como el muchacho se acercaba y tuvo la intención de levantarse e irse de allí, pero se vio imposibilitado al ver como Potter no le quitaba la mirada de encima y como esas malditas cejas se arqueaban y le daban un toque aún más sexual del que tenía.

-Hola, Tom -le dijo con su voz grave, lo que causó que otros pocos jadearan al escucharlo -. Te he estado buscando.

-Lo sé -le dijo manteniendo la mirada -, todos me lo han dicho, pero yo veo sólo a quien quiero.

Tom no iba a dejar que ese mocoso lo manejara como quisiera.

Mientras tanto, todo el mundo se mantenía al pendiente de lo que fueran a decir esos hermanos.

-Oh, ya veo -le dijo en tono dolido y sentándose en la mesa, mirando a Tom de frente y rozando su brazo con su rodilla -. Y yo que estaba tan ansioso por que te encontraras conmigo.

-Estas entrando en terreno peligroso -le dijo un poco molesto -, si vas a hacer algo, ten en cuenta las consecuencias.

-Pues ya me aburrí de hacerlo -se paró de un golpe y quedó al lado de Tom -te espero en mi habitación, y si esta vez no bienes... -le dijo acercándose a su iodo y dándole una lamida -... no insistiré y otro ocupara tu lugar.

Luego de eso se fue y salió del gran comedor, llamando la atención de todos en el lugar y dejando a Tom como una verdadera estatua.

Nadie decía nada, sólo esperaban que el mayor de los hermanos reaccionara, cosa que parecía, no iba a pasar en largo rato.

Avery era especial, era capaz de unir cabos rápidamente, al igual que Abraxas; con la diferencia de que Malfoy era discreto.

-¡Te follaste a tu hermano!

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