8º Beso sin autorización

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8º Beso sin autorización

Ese día estaba más molesto que de costumbre y nadie se atrevía a pasar a su lado, por miedo a terminar hechizado por accidente, cosa que obviamente no sería así, ya que, si hechizaba a alguien, seria exclusivamente culpa del imbécil que se atreviera a cruzarse con él.

Harry estaba que no lo calentaba ni el sol. Lógicamente por culpa de su hermano, eso no había ni que preguntárselo.

Charlus lo miraba de reojo y se preguntaba que tanto había hecho el idiota de Riddle para hacer enfadar de ese modo a Harry.

El comedor entero se quedó en silencio cuando vieron entrar a Tom y éste conectó su mirada con su hermano y le indicó que saliera del salón y lo siguiera, cosa que el menor hizo muy a su propia reticencia.

Cuando los dos Riddle abandonaron el lugar, los pobres infelices que tenían la desdicha de ser sus compañeros, pudieron volver a respirar un poco más tranquilos.

Afuera las cosas no estaban de lo mejor, de hecho, Harry miraba irritado a su hermano y este ni se inmutaba. Caminaron hasta llegar a un pasillo desierto y por fin Harry pudo soltar toda la rabia que tenía acumulada.

-¡Eres un verdadero troglodita!

-Cálmate si no quieres llamar más la atención de lo que ya lo has hecho.

-No te atrevas a ordenarme lo que tengo que hacer.

-No lo hacía -dejó salir el aire de sus pulmones y se apoyó en la pared con los brazos cruzados sobre su pecho -. No fue mi intención.

-¡Mentiroso!

-No tienes pruebas.

-No las necesito -se acercó al mayor y apretando la mandíbula le habló en un tono más bajo -. Sé que eres capaz de muchas cosas, recuerda que conozco a Voldemort cara a cara.

-Si lo conoces tan bien como crees, no te metas en lo que no te importa.

-Ves, a eso me refiero -se alejó y trató de no demostrarle toda la rabia que estaba sintiendo en esos momentos -. Él no estaba haciendo nada malo.

-Tampoco he dicho que lo haya hecho.

-¿Por qué lo atacaste entonces?

-Error de cálculo.

-Error de cálculo... ¡Error de cálculo! ¡¿Crees que soy un pendejo o qué?!

-Recuerda que tú lo dijiste, no yo -se enderezó y caminó a su encuentro -. Escúchame bien, Potter -esta era una de las pocas veces en que lo llamaba con su verdadero apellido -, si sabes lo que te conviene, no te metas en más problemas.

-No te pedí que me ayudaras -le dijo devolviéndole la mirada cargada de odio -. Pudo haber muerto.

-No. De hecho, sólo lo aturdí.

-¡Aja, admites que lo hiciste apropósito! -le dijo apuntándolo con un dedo.

-No he dicho eso -estaba cansándose de esta estúpida pelea de niños -, si él se te vuelve a acercar, has lo que se te dé la gana, pero sólo recuerda quien es.

-Sé quién es, por lo menos de nombre, así que no te metas.

-No entendiste lo de no cambiar el futuro ¿He?

-Sólo fue un accidente.

-¿Un accidente? Realmente eres un idiota ¿Desde cuándo un chico de segundo año besa a uno de quinto por accidente?

-Es sólo un niño.

-Es un Slytherin. Además de un Black.

-Lo que pasó ya pasó. Además, tú no tenías ningún derecho a lastimarlo.

Cambiar para ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora