CAPÍTULO 05

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WALLY DARLING

—Te odio.

Las palabras son el arma mortal más peligrosa, duelen sin la necesidad de lastimarte, no físicamente.

—Te odio con todo mi ser, ¡¿cómo pudiste traerme aquí sin mi consentimiento?!

Las personas pueden decir cosas sin llegar a saber cuánto lastimará al destinatario.

—¡Yo no quiero que me odies! —mis mejillas estaban empapadas de lágrimas—, ¡quiero que me ames como yo te amo a ti!

—¡Nunca te voy a amar! ¡NUNCA!

***

Mi respiración estaba agitada, mi cuerpo estaba sudando, temblando levemente, dándome a saber que solo había sido un sueño, o una pesadilla.

Suspiré aliviado, toqué mis mejillas para darme cuenta de que había llorado mientras dormía.

Vaya susto.

Me coloqué mis pantuflas y caminé hasta abajo, quería saber si realmente ella seguía aquí, que nada de lo que había pasado era producto de mi imaginación.

Home dormía, por lo que tuve que usar mis llaves.

Sin hacer mucho ruido, me dirigí a la casa de Marlena, la noche estaba estrellada. Todas las estrellas están juntas, nunca están solas… soledad, ese horrible sentimiento, ese sentimiento que hace que mueras en vida. Algún día haré un cuadro de la noche y sus estrellas.

Frente de la casa de Lena decidí tocar dos veces su puerta, otras dos veces, estuve como cinco minutos tocando hasta que ella salió.

—Wally, son las tres de la mañana.

—Lo sé, lo sé, pero, ¿puedo pedir un favor que puede parecer indecente?

¿MARLENA DEAN?

—¿Cambio de realidades? —examiné el texto que me mostró Damián—. ¿No me digas que crees en esas cosas?

Me parece algo absurdo que podamos cambiar de realidad solo con “meditar” y esas cosas.

(🎼: Soy creyente de eso, estoy lista para el bardo).

—¡Claro que sí! ¡piénsalo! Hay muchas posibilidades de que eso exista. En una realidad capaz tú y yo somos solo producto de imaginación de alguien, o simplemente somos parte de un libro.

Espera… ¿no somos eso?

—No lo sé Damián, deje de creer en esas cosas hace tiempo.

La _____ de 11, 12 y hasta 13 años me hubiera dado una cachetada, ella era fiel seguidor de la espiritualidad, que creía que todo era posible. Sin embargo, la ____ de 15, 16 y más años no, ella se convenció de que no debía dejarme atrapar por algo que no existía, al menos no aquí, de continuar con su vida y adaptarse a su realidad.

Mordí mi labio. Debía dejar a Damián con sus creencias en paz, cada quien es libre de hacer lo que quiera mientras no afecte a nadie, no sé, no soy moralista.

—Dime, ¿qué piensas hacer con esa información?

La voz de Damián era confusa, no podía distinguirla, en su lugar que oían golpeteos, como los de una puerta.

***

Desperté, dándome cuenta de que solo había sido un… ¿sueño? Un sueño con alguien que al parecer conozco.

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