El alfa Velaryon se reunió con todos los pretendientes convocados para la cacería pasado del alba. Venía en su corcel blanco, vistiendo el escudo y colores de su casa. El castaño se miraba particularmente molesto y aquello solo empeoró cuando al buscar a su hermano lo halló fraternizando con su "enemigo". Cregan por su parte sonrió al verle. Ambos hombres se contemplaron en silencio, la presión palpable era sofocante. Por fortuna para Jacaerys que parecía ya no soportar más la incomoda situación ambos retrocedieron al ver a un par de Omegas platinados arribar cabalgando en sus sementales negros.
El mayor de ellos descendió feroz, acercándose a la comitiva para establecer las reglas del evento. El menor le siguió de cerca.
-Caballeros las reglas son sencillas. Cada uno de ustedes podrá elegir si desea cazar un ciervo, un jabalí o una liebre. Una vez electa su presa no pueden revelar su objetivo y tendrán que actuar sin conocer la intención de sus demás adversarios. Cada presa tiene un puntaje diferente, siendo el ciervo el de mayor valor y la liebre la de menor. Quien logre acumular la mayor cantidad de presas será el campeón. Espero actúen con honor, las capas doradas y yo, el rey consorte, nos encargaremos de patrullar y castigar con severidad cualquier falta o trampa que puedan intentar-
Los grupos se empezaron a formar, Aemond observo claramente a los alfas formar alianzas en contra del mayor de los príncipes Velaryon. Los débiles eran tan predecibles, no había honor en sus acciones. El platinado suspiró, tomó las riendas de su corcel y se dirigió en dirección a su sobrino. Al principio no había estado conforme con la extraña relación, pero con el tiempo siendo testigo de como el alfa adoraba a su hermano y como este a su vez sacaba lo mejor de Aegon comenzó a aceptarlo.
-¿Vas a unirte a alguna Campaña pequeño dragón?- preguntó Daemon bastante intrigado por el comportamiento de su hijo acortando la distancia.
El menor víctima del pánico tomo un paso hacia atrás, lo cual solo aumentó la preocupación de su madre. El rey consorte conocía bien a su hijo y sabía que algo había ocurrido pues desde que se habían reunido el menor no paraba de alejarse a la primera oportunidad.
-Solo pensé que seria mejor para vigilar a mis contrincantes-
-¿Y la verdad?-
-Creo que no te debo mayor explicación madre. Voy a hacer las cosas a mi manera, así que no te metas-
Daemon suspiro resignado observando la espalda de Aemond mientras este se alejaba. Los ojos del omega comenzaron a picar, ¿En qué momento su pequeño había crecido tanto? El rey consorte siempre había tenido demasiados problemas con Aemond, resultado de que el platinado era el único que había heredado su fuerte temperamento. Era rebelde y testarudo, deseaba forjar su propio camino así como Daemon en algún momento había añorado. Tal vez los dioses fueran más amables con su niño y este pudiera obtener lo que a él le fue negado.
Aemond por su parte estaba inquieto, no se creía capaz de confrontar a su madre y que este viera su debilidad. Que fuera testigo de como había permitido que lo tocaran de esa manera por segunda vez. Los recuerdos de su primer celo llegaron a su mente y su cuerpo se estremeció. El omega parecía estar reviviendo cada desagradable detalle. Su olor se amargo, fue algo difícil y pese al tiempo trascurrido no se sentía aún capaz de lidiar con ello. Sin embargo este no era momento para distracciones. No cuando el día de hoy se estaba jugando su primer ventaja del torneo.
-Me uniré a tu campaña- declaró el platinado sorprendiendo a Jace por la espalda
-Aemond, pensé que irías en solitario como acostumbras-
El príncipe dragón se volvió mirando a los demás caballeros mientras replicaba para Jacaerys.
-Soy fiel siervo de la verdad y el honor, no puedo estar quieto cuando contempló la vileza. ¿No consideras que un caballero que recurre a tales tácticas es la peor escoria que podría llegar a existir?-
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Untouchable
Fiction généraleAemond Targaryen ha rechazado toda su vida su naturaleza omega. Sin embargo esto cambiara cuando Cregan Stark y Lucerys Velaryon aparezcan en su vida, despertando los impulsos reprimidos y su sangre ardiente de dragón. Es mi primer historia. Espero...