Estaba analizando ese nombre, hasta que un grito proveniente del sótano de la torre llamó mi atención, era Rox, no sabia que pasaba por lo que baje lo más rápido que pude para encontrarme con lo que parecían ser monstruos de sombra rodeando la zona donde se escondía Rox, inmediatamente entre en acción y comencé a luchar contra los monstruos.
— Detrás de mí — dije poniéndome frente a Rox cubriéndonos con un escudo creado con mi magia — Hay que irnos de aquí ya — dije abriendo un portal detrás de nosotros.
— Bromeas — dijo creando dos dagas de luz — Hay que quedarnos y pelear — dijo saliendo y apuñalando a uno de los monstruos haciendo que desapareciera.
Usé mi magia para crear una espada corta para atacar a los mismos monstruos, íbamos ganando pero entre más tiempo pasábamos ahí más monstruos iban apareciendo, era como si matáramos a uno y dos más tomarán su lugar.
— Rox — grite haciendo que volteara a verme bajando su guardia — Hay que irnos — dije para después abrir un portal mientras me cubría con un escudo de magia.
— De acuer...— las palabras de Rox fueron interrumpidas por una espada de sombra atravesando su pecho haciendo que su cuerpo cayera al suelo.
— ROX!! — grité al verla en el suelo, comencé a levitar en el aire creando una burbuja de magia azul en mi mano para después caer al suelo y golpear éste con mi mano y la burbuja haciendo que todos los monstruos desaparecieran volviéndose polvo — Rox — dije acercándome lentamente al cuerpo — Hey, que pasa? — dije tomándola en brazos — Vamos, aún hay tiempo para ver las películas que querías ver — dije con un nudo en la garganta — Por favor, por favor no te vayas, aun te necesito, necesito a mi mejor amiga, no puedo perderte a ti también — dije comenzando a llorar — ROX!!! — dije en un sollozo — Rox por favor no, no puedes estar muerta — dije en un último grito para después comenzar a llorar desconsoladamente.
De pronto por el portal que daba a mi casa entró mi madre y al ver la escena no pudo decir nada ya que quedó en shock al ver a Rox en ese estado.
— Tu — dije volteando a ver a mi madre aun con lágrimas en los ojos — Tu puedes salvarla ¿Cierto? Tus poderes pueden traerla de vuelta ¿ No es así? — dije con lágrimas en los ojos pero con algo de esperanza.
— Tristan, cariño — dijo hincándose a mi altura — Mis poderes no funcionan así, yo solo puedo curar heridas — dijo poniendo su mano en mi frente curando una herida en ella — De esta manera, podría curar su herida — dijo conteniendo sus lágrimas — Pero eso no la traería de vuelta — dijo permitiendo que unas cuantas lagrimas salieran de sus ojos.
Tomé el cuerpo de mi mejor amiga y la llevamos a mi casa donde hice otro portal para llevarla a la base de los Caballeros de Nuxvar, donde estaban mi papá y su equipo, al entrar todos voltearon a vernos.
— Cara, amor, ¿Qué pasó? — preguntó mi padre a mi madre
— No lo se, Tristan sigue en shock desde que lo saque de ese lugar y no me ha contado nada sobre qué le pasó a Rox — dijo mi madre viendo como yo aún veía el cuerpo de Rox con la esperanza de que despertara.
— ¿De qué lugar lo sacaste? — preguntó mi padre
— De la torre del tatarabuelo Carel, fuimos atacados por unos monstruos hechos de sombras — dije haciendo que todo el equipo volteara a verme.
— ¿Dijiste monstruos de sombra? — dijo uno de los miembros del equipo incrédulo y un poco temeroso
— Si, porque la pregunta? — dije confundido
— Por nada hijo, deja que nosotros nos encarguemos del funeral de tu amiga y tu ve a casa, creo que es posible que ocupes un poco de tiempo para ti — dijo poniendo su brazo sobre mi hombro.
Salí corriendo de ahí abriendo un portal directo a mi habitación cerrándolo inmediatamente entre, una vez en mi habitación me tumbé sobre mi cama y comencé a llorar hasta quedarme dormido.
Al día siguiente mi madre entró a mi habitación con el desayuno dejándolo en mi mesa de noche.
— Tristan, lamento que mis poderes no puedan curar un corazón roto, pero prometo que siempre estaré aquí para ti para intentar sanarlo — dijo abrazándome y dejando un beso en mi frente.
Días después fue el funeral de Rox, todos estaban ahí, la hicieron ver como si hubiera muerto como una heroína, y ciertamente eso era, a su manera, ella siempre me salvó cuando yo estaba en mis peores momentos, así que si, era una heroína, mi heroína.
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Maddox
FantasyTristán Maddox, un joven hechicero que lleva toda su vida en eso, pero eso dara un giro completo cuando la conozca ella, a quien el apoda "angel escarlata"