Las grandes puertas comenzaron a abrirse y los dos pelirrojos entraron a lo que era conocido como el Santuario de los Dragones.
Leah pudo darse cuenta que ese lugar era una muralla prácticamente impenetrable, en la cual, varios magos se encontraban realizando sus actividades cotidianas.
Ambos pelirrojos caminaban por un camino rocoso y muchos magos saludaron a Charlie como si de una inminencia se tratara... y no era para menos, pues el pelirrojo era realmente bueno en su trabajo, así como también lo era para el Quidditch.
Leah mientras iba agarrada de la mano de su hermano pudo darse cuenta que muchos de ahí tenían cicatrices y quemaduras muy parecidas a las de Charlie, y eso, en vez de asustarla, solo hizo que se sintiera más emocionada en conocer a los causantes de esas marcas, pues en la mente de Leah, esa sería una gran aventura que le podría contar a sus hermanos una vez que volvieran de Hogwarts...
Después de una larga caminata Charlie ingresó en un pequeño cuarto que le pertenecía, ahí el pelirrojo guardaba todo lo necesario para realizar sus actividades y aunque en ocasiones el casi no usaba las protecciones que les daban a los cuidadores, ese día el pelirrojo planeaba ponerle todo lo necesario a su hermana pequeña, porque aunque en sus planes no estaba el acercarla mucho a los dragones, sabía que un accidente podía pasar.
-Leah quédate quieta mientras te pongo esto- dijo Charlie mientras batallaba con la niña que se movía de un lado al otro -
-Ya son muchas cosas Charlie, no me voy a poder mover... además ¿para qué es todo esto? -
-Para mantenerte lo más segura posible porque no quiero que te pase nada, estás protecciones son mágicas y van a ayudarte-
- Y entonces ¿Porque tu no las usas también?-
-Porque yo siento que no puedo moverme cómodamente para realizar mi trabajo - Leah estaba a punto de hablar, pero su hermano intuyendo lo que le iba a decir se adelantó- Yo puedo no usarlas porque es mi trabajo, pero el tuyo no pequeña, así que entre menos te muevas, por mi mejor - Charlie le guiño un ojo y Leah solo lo miro indignada - Bien ahora vámonos...-
-¿Cómo pretendes que camine si tengo encima esto que pesa 3 veces más que yo?...-
-No es para tanto Leah, solo estás exagerando porque quieres que te quite todo, pero no lo voy a hacer... así que camina -
Leah molesta dio un paso y justamente su rodilla chocó con una de las protecciones que prácticamente parecían de metal, provocando así, que la pequeña niña cayera completamente al suelo dando un sonoro golpe.
-¡LEAH! - corrió el pelirrojo a recoger a su hermanita, la cual, había dicho algo pero al tener tantas cosas encima no se le había entendido ni una sola palabra- ¿Estas bien? -
-¿BIEN?... ¡ME CAÍ DE CARA CHARLES!... Y NI SIQUIERA LAS MANOS PUDE METER- Charlie sintió escalofríos al ver a su hermanita tan molesta con él- ¿Cómo pretendes que vea todo si no puedo caminar?-
- Puedo cargarte o lanzarte un Levicorpus para que...- Charlie inmediatamente se calló al ver en su hermanita la mirada tan característica de Molly - creo que... puedo quitarte algunas cosas de encima-
El pelirrojo no quiso arriesgarse y comenzó a quitarle las protecciones que le sobraban a su hermana... o bueno, la mayoría de ellas.
Después de eso, ambos pelirrojos se fueron a la zona donde se encontraban los dragones, y una vez que entraron al lugar, Leah se pudo dar cuenta que el ambiente se sentía bastante caliente y además... todo olía a quemado.
Charlie como prevención tomó de la mano a Leah y caminó hacia un grupo de magos que se encontraba a punto de entrar por unas grandes puertas, y estos al notar al pelirrojo quedaron impresionados al ver que venía con una niña pequeña.
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𝐋𝐀 𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄Ñ𝐀 𝐖𝐄𝐀𝐒𝐋𝐄𝐘
FanfictionLeah Weasley la última de la familia... Con solo 8 años comienza a vivir ciertas aventuras que la harán parte fundamental en la guerra que en unos cuantos años se desatará. La pelirroja se verá envuelta en peligros y problemas, pero también muchas...