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Si estas leyendo esto es porque estas muerto.

Desearía empezar así, pero supongo que las cartas de despedida no deben ser así.

¿Realmente debería escribir una carta? No es como si llevara mucho tiempo saliendo con este pedazo de mierda. Al verlo ahí, dormido sobre su estómago roncando como una camioneta aquel rostro ya no me parece tan atractivo o encantador, solo se ve como lo que es, un idiota mentiroso de mierda. No es como si hubiera sido una sorpresa, llevaba un par de meses saliendo con el, debí saberlo. Las sonrisas, las flores, los regalos. Todo era mentira.

Antes de salir de su maloliente departamento me hago cargo de que se acuerde de mi cuando despierte, escondo su billetera, llaves y teléfono en lugares que se que le tomara un par de horas encontrar, veo la taza donde guarda el café justo antes de cerrar la puerta, Chris es adicto al café, sin pensarlo dos veces uno cabos, y vacío el contenido por la colada, meto la mano en la tierra de la maceta junto a la salida, tierra hermosa, de un color y consistencia perfecta, la pongo en la taza y sigo mi camino. No se dará cuenta hasta que lo tenga en la boca.

Así como yo no me di cuenta de que el hijo de perra me estaba engañando con mi compañera de cuarto hasta que después de haber regresado temprano del trabajo los encontré follando en la misma cama donde dormíamos, donde ahora mismo el imbécil duerme sin preocupaciones algunas.

Salí del departamento preguntandome a donde dormiría esa noche. Sin saber que esa seria la última de mis preocupaciones después de conocerlo a el.

Balada del cielo y el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora