Adiestramiento Canino (abo)

153. Mudarse

　　Pero después de convertirse en un Omega, la situación cambió por completo. No tenía feromonas Alfa que pudieran reprimir a los otros, y solo había feromonas Omega que interesarían a los Alfas. Parecía un cordero a merced de los demás.

　　Antes, no había ningún problema importante porque había un Alfa superior como Xia Sheng merodeando por su librería, pero una vez que no había otros acompañantes Alfa en la tienda y él era el único Omega que quedaba en la librería, la situación cambiaría manifestándose de  inmediato.

　　Y esto era sólo el comienzo, ya no estaba seguro de poder superar algo tan horrible y malo por segunda vez.

　　De hecho, le gusta mucho su pequeña librería. Se ocupa de esos niños animados todo el día, como si fuera unos años más joven. Pensó que podría aguantar un poco más de tiempo, pero ahora tiene que admitir que la situación actual realmente no es la adecuada para administrar una tienda aquí él solo.

　　El edificio que compró antes era una casa existente bien decorada, y los muebles y electrodomésticos comprados durante este período ya casi están instalados, por lo que se puede trasladar con su equipaje sin problemas.

　　Esa casa se considera que esta ubicada en un barrio de alto nivel en el área local. Después de mudarse allí, no habrá necesidad de preocuparse por el factor de la seguridad. No tiene intención de seguir saliendo a ganar dinero. Si la casa anterior se vende junto con la pequeña librería, todavía puede ganar cientos de miles. El dinero será suficiente para sus recientes gastos de fisioterapia de rehabilitación.

　　Si está aburrido entre semana, también puede trabajar a tiempo parcial como traductor en casa. Después de un tiempo, cuando los proyectos previamente invertidos hayan devuelto los fondos, su vida irá mejorando poco a poco.

　　La descarada pelea entre Xia Sheng y Feng Cheng en su casa realmente enojó a Ruan Xiao. De todos modos, la librería estaba cerrada, por lo que no había necesidad de abrir la puerta para hacer negocios. Cuando Xia Sheng regresó, Ruan Xiao simplemente se negó a dejarlo entrar por la puerta.

　　Xia Sheng aulló lastimosamente en la puerta durante unos días. Al ver que Ruan Xiao se negó a abrirle la puerta, supo que su hermano obviamente todavía estaba enojado y también entendió que de hecho le habían estado sucediendo muchos problemas durante este tiempo, y sabía en su corazón que si seguía molestándolo de esta forma sólo aumentaría su molestia.

　　En los días siguientes, Xia Sheng conscientemente no volvió a aparecer, pero Ruan Xiao no supo dónde escuchó la noticia de que  se iba a mudar y entendió que sería demasiado difícil para una persona con piernas discapacitadas mudarse, por lo que pidió especialmente a alguien de la empresa de mudanzas que viniera a ayudarlo.

　　Ruan Xiao originalmente quería encontrar una empresa de mudanzas y, al ver que el grupo de personas que Xia Sheng  era realmente profesional, no lo eludió basándose en la idea de no gastar dinero y aprovecho de usarlo.

　　Gracias a Xia Sheng,  se mudó sin problemas, solo le tomó dos días mover todas las cosas que había que trasladar y la antigua casa se puso a la venta con un intermediario.

　　No sabe si se ha agotado toda su mala suerte y si ahora le  que queda algo de la  buena suerte, Ruan Xiao se acaba de mudar hace unos días y ya hubo noticias de la agencia.

　　Se decía que un cliente se había enamorado de su casa y ni siquiera le importó el precio, tras unas sencillas consultas pagó felizmente el depósito.

　　Ruan Xiao, naturalmente, estaba feliz de que la antigua casa pudiera venderse con tanta facilidad. Era raro tener tanta suerte, por lo que cuando el agente dijo que el comprador quería firmar el contrato con él cara a cara, aceptó sin pensar demasiado.

　　Pero cuando Ruan Xiao vio a Feng Cheng, y que este  todavía tenía moretones en las comisuras de los ojos, su buen humor original desapareció.