Luz De Luna (En proceso)

Capítulo Cuarto

Las hermanas Bellorous fueron a la casa de Monserrat, su madre las había mandado a llamar.

Mientras Tina hablaba con Monserrat en la biblioteca, Sofía fue a la cocina, se le había antojado un postre, un mousse de fresas, en cuanto lo consiguió salió de la cocina observando su entorno y se sentó en el sofá de la sala

—Para ser alguien antíguo vive un poco moderno.

—¿Eso es un halago? —preguntó al oírla —lamento si la asusté —continuo al ver qué la chica no le respondía.

—No se preocupe, en realidad me enfoque mucho en ver lo que habían cambiado que no me di cuenta en cuanto usted llegó —mintió, ya que siempre estaba atenta a los pequeños movimientos a su alrededor.

—Lamento lo que ocurrió entre mi hija y su hermana en la academia —habló apenada.

—No importa, —le resto importancia —Tina se dejó llevar, pero fue divertido de ver —respondió con la mayor sinceridad la rubia.

—No es eso —le sonrió —se que estuvo mal, ella no es así, —intento excusar — solo se molestó.

—no se preocupe la entiendo —mientras le daba una sonrisa.

La señora Blackmoon entabló una conversación muy amena con la rubia, su llegada había sido una total sorpresa, y los pequeños rumores empezaban a propagarse, pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta.

A los minutos de estar hablando con Sofía, Luke se acercó hasta el lugar en donde conversaban ambas mujeres, y sin prestar atención a Sofía hablo:

—Madre, —tomando por sorpresa a Martina —es Paula —alertando a su madre.

—¿Cómo está? —preguntó alarmada la señora, su hija paso demasiado los límites de los territorios y termino capturada por una manada de lobos.

El azabache antes de responder, se fijo en la otra persona sentada en el sillón, en cierta manera no le hacía gracia ver a la chica rubia escuchar sus asuntos personales.

—Madre, ¿podemos hablarlo en privado? —preguntó el azabache.

—p-pero nosotros no... —dijo sin hacer caso a su hijo.

A Sofía le daba igual los problemas ajenos, y no acostumbraba involucrarse, pero ayudar a quien se creyó mejor que ella, sería divertido de ver, así que ¿Por qué no ayudarlos? Les sería de gran ayuda en el futuro no muy lejano.

—Lamento mi intromisión, pero ¿Puedo ayudarlos? —aunque era evidente el rechazo del azabache, se aventuró a hacer la propuesta.

—No, muchas gracias —su voz era cortante y la mirada fría —podemos arreglarlo nosotros mismos —declaró el azabache.

—¿De verdad? —Sofía sabía cuan difícil les sería conseguir semejante intercambio, las piedras eran raras y escasas, y los pocos comerciantes que los conseguían, doblaban su valor.

—No queremos tu ayuda —le respondió, el había oído pequeñas habladurías de la gente, y la poco información que recopiló, solo eran advertencias de nunca acercarse o hacer tratos con la más joven de la familia Bellorous, Luke no tenía ni la más mínima idea del porque, ya que siempre se negaban a hablar más, pero prefería prevenir que lamentar.

—Vaya, vaya, vaya, haciéndose el digno —Tina apareció, su reunión con Monserrat había terminado—no sabía que a los Blackmoon les quedaba muy bien el papel de...

La pequeña reunión con Monserrat no le dejo de buena manera, Tina odiaba que su madre los quisiera pasar como extrañas, después de su declaración en la academia donde se presentaron como parte de la familia Bellorous, los rumores empezaron a circular, y por ello su llamado a la casa de su madre resultó en una pelea que no tendría final, prefirió salir e irse pero no contaba con ver al azabache despreciar la ayuda de Sofía, si bien su hermana solo se divertía, sin querer ella iba a desquitarse un poco con el chico, lamentablemente para ella Sofía prefería llevar la fiesta en paz, ya que solo quedaban un par de semanas para irse nuevamente.