Luz De Luna (En proceso)

Capitulo Noveno

El día estaba por terminar, los Blackmoon habían vuelto a casa de Monserrat, Nadia y Eddie se turnaban para vigilar al azabache sin que esté se diese cuenta, la cuenta regresiva ya había iniciado y la pregunta era, ¿Cuánto se perderá en esta ocasión?

Los días habían pasado y los hermanos Bellorous aún no volvían, Liam había regresado a Canadá junto a Estefan, estaban preparando los últimos arreglos para la reunión de alphas de todo el mundo.

Matt, había descendido nuevamente hacia el inframundo, no podía dejar sus obligaciones por mucho tiempo. Stella y Daniel volvieron a Roma, debían arreglar todo el desastre que ocasionaron los enviados de la su madre.

—¿Hay algo que falte Liam? —preguntó Estefan a su amigo, mientras revisaba la lista de los invitados.

—Nada falta, así que es mejor que vayas a dónde está Laura, traigan a su luna sana y salva.

—Lo que órdenes —acatando la orden, se apresuró a partir hacia el sur del continente americano.

Liam, estaba a la espera de las últimas confirmaciones de asistencia para la reunión que se llevaría a cabo dentro de tres días, los líderes de cada manada habían sido invitados en conjunto con sus parejas.
Todo el mundo conocía la leyenda del Alfa Supremo, se sabía que era el líder de una de las manadas más poderosas del mundo, pero nadie conocía la existencia de la manada actual, de la cuál Liam tenía el control, el sello que fue presentado en las invitaciones era la imagen de una lechuza imperial, que durante la época mítica había sido el símbolo de la sabiduría.

—Uy, quita esa cara, te vez más viejo que de costumbre —una estruendosa risa se hizo presente en la ventana del estudio.

—Uff —bufó volteando los ojos —, siempre con esa maldita costumbre de aparecerte en cualquier lugar —se quejó el castaño.

—Ya sabes —bajo de la ventana para acercarse coqueteando con el lobo —¿Por qué tan solito? No me digas, ya te dejo esa piojosa —el incubo lo miraba de arriba hacia abajo.

—Deja de llamar piojosa a Erika —le respondió —además deja de comerme con la mirada, que no vas a conseguir nada de mi —afirmo, Rowin, un incubo de rango cero, era hermoso, con rizos olivos, cautivador, con dos alas en la parte superior de su espalda, dos cuernos negros, una mirada cautivadora color carmesí, pero si caías en su trampa te devorara hasta tu último aliento —dime, ¿Qué es lo que quiere mi hermano? —siempre que Rowin se digna a a aparecer ante ellos era por alguna noticia relevante de las bajas esferas, como solía llamarle Ángel.

—¿Por qué eres tan cruel conmigo Liam? —se quejó haciendo un puchero —solo quiero que me dejes probarte, aunque sea un poquito —pidio, liberando un aroma deliciosamente atrayente.

—Pides mucho, ¿Sabías? —era divertido jugar con Rowin, ya que siempre terminaba por enojarse un poco al no conseguir su objetivo —dime lo que te a dicho Matt —le ordenó viéndole a los ojos.

—Un día caerás ante mi Liam Bellorous —el lobo río ante la advertencia de el incubo de cabellos verdosos.

—Ja,ja,ja —se oyó la estruendosa risa de Liam —lo que tu digas Rowin, siéntate por favor —el incubo tomó asiento y con la mayor seriedad empezó a relatar lo acontecido.

—Su majestad Matt, a tenido algunos contratiempos, entre ellos una intromisión en las profundidades del seol, la reina del inframundo a sufrido heridas causa de esto, pero el hijo mayor de sus altezas fue herido en la parte vital de su cuerpo, los responsables de dicho ataque fueron dos personas, una mujer con dos tonalidades diferentes, de la parte izquierda su cabello era rojo como el fuego, y la parte derecha azúl, tenia una luz en la frente y una pequeña tiara, pero no es todo, cuando su majestad Matt la atacó no derramó sangre, no era más que una réplica de esa persona, quién la acompañaba era una mujer de aproximadamente unos treinta y cinco años, cabello rosa, ojos achicados, estatura promedio —una vez termino de relatar lo sucedido continuo con su cometido —mi señor pide la sangre del agresor, y que no interfieran , ya que si lo hace serán vistos como enemigos y no parara ante nadie, también exige la piedra guía para poder sanar a su hijo mayor.