Felix era un chico de 15 años tratando de sobrevivir a los vestigios de una guerra.
Recolectaba, vendía, compraba en su pequeña y devastada ciudad, pero un sucio llegó para tambalear su corta vida.
Cuatro años después habiendo logrado huir de su an...
—Felix—Hyunjin murmura en medio de la noche. Felix apenas abre los ojos para verlo. —Hoy estaba hablando con los otros niños...
La noche es fría y el refugio no tiene suficientes mantas para cubrir a cada persona, así que se ordenan prioridades y los niños llevan ventaja, después van las mujeres y los ancianos hasta terminar con los adultos, ya que no hay muchos jóvenes a ellos se les cuenta como niños. Felix, quien podría contar fácilmente como joven, no lleva nada que lo cubra del frío, él prefiere cubrir a los dos niños y a Jeongin antes de él mismo.
En su antigua casa también sufría frío, pero al menos había fuertes paredes que evitaban que el viento pasara, en ese momento solo tenían carpas de tela que parecían estar a punto de derrumbarse en cualquier momento. La antigua casa de Felix no estaba tan mal después de todo, pero nada se comparaba a la cómoda cama en la que durmió una vez dentro de la ciudad nueve.
—Y ellos me preguntaron algo.— Escucha a Hyunjin de nuevo y centra su atención en él. —Me preguntaron quiénes eran mis padres.
El pecho de Felix arde un poco.
—¿y que les respondiste?— Pregunta con tranquilidad acariciando la cabeza del niño.
—Que no sabía... Felix ¿Por qué no puedo llamarte papá?
—Duerme Hyunjin, es tarde.
—¿Por qué Jungwon no puede llamar papá a Jeongin o a Jisung? ¿Por qué Jeongin no puede abrazar a Jisung frente a todos? Ellos se aman ¿verdad? Jeongin lo dijo.
—Hyunjin, deja de pensar en eso, no son cosas que los niños deban pensar.
Hyunjin asiente y aprieta los labios, se da la vuelta y se cubre con la manta hasta esconder su rostro. Felix siente su estómago apretarse y una emoción que le cierra la garganta. Ojala fuera tan fácil de hablarlo, ojala él pudiera explicarle a Hyunjin que el mundo no era bueno, que las personas que sufrían también podían ser malas, que en realidad nada es blanco y negro.
Changbin tenía razón. Nada es completamente bueno, y nada es completamente malo.
¿Por qué esta pensando en Changbin? Felix descubrió hace poco que durante las noches frías pensaba en él, cada que pasaba por el túnel que lo lleva hasta la ciudad cero se encontraba observando cada lugar donde Changbin estuvo. Changbin se tatuó en su memoria tan fácil, tanto que Felix aun recuerda cada una de sus facciones casi con exactitud.
Y es gracioso porque tras cuatro años no ha logrado encontrar a alguien que sea más apuesto que Changbin. Felix aun no encontraba a una persona que pudiera hacerlo sentir tan fuera de su órbita como Changbin lo hacía. A Felix no le gusta nadie más que Changbin, y eso es un problema, si tan solo él pudiera enamorarse quizás tendría la confianza para aceptar que Hyunjin merecía una verdadera familia. Pero no, Changbin no lo soltaba ni cuando no estaba ahí.
Extraña a su hermana y a su madre, extraña a su padre. Y extraña a Changbin.
Se gira para abrazar a Hyunjin e intenta dormir.
—Felix...— De nuevo el niño habla. —¿yo tuve otro papá o una mamá?
Felix supuso que el niño ya había comenzado a entrar en esa etapa donde se cuestionaba cada cosa. No pudo molestarse con él, después de todo Hyunjin solo buscaba saber de donde venía en realidad.
—Un papá.
—¿nací de él o de ti?
—De una sandía.
—Sirvió con Jungwon, no conmigo.
—Ya duérmete, Hyunjin.
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