Capítulo 14

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Hay una extraña marca justo encima de su clavícula, una pequeña cicatriz indolora y enrojecida que apenas puede ver. Sabe que en ese lugar recibió el disparo de Doyun, pero desconoce el arma con que le disparó. Jisung le dijo que no se preocupara, que era algo así como un tranquilizante ¿pero qué tranquilizante lo deja en coma por un mes? No le dieron respuestas y aunque es mejor solo dejarlo por la paz no puede evitar que su mente caiga una y otra vez en eso.

—Felix— Escucha la voz de Wonnie y baja la mirada hasta encontrarse con el pequeño niño que alza los brazos, Felix lo levanta. —¿Dónde está Hyunjin? Pensé que ya estaríamos juntos.

—Hyunjin regresará pronto, él está bien.— Felix lo sabe a pesar de dudar de Changbin. —¿lo extrañas?— Jungwon asiente.

—Los extrañé a todos. Jeongin me dijo que se fue a plantar una semilla a la granja de sandías para que naciera otro bebé, y que por eso trajo a Dino ¿tu también fuiste a plantar una sandía? ¿Dónde está tu bebé?

—No tendré otro bebé, ahora tenemos a tres de ellos, son demasiados.

Jungwon hace un pequeño puchero que le saca una sonrisa a Felix. Le gusta la tranquilidad del niño, un niño que disfruta de ser cargado y mimado quedándose quieto y no corriendo de un lado al otro. Pero extraña a su Hyunjin. Felix nunca estuvo tanto tiempo separado de su hijo desde que este nació, y el no sentirlo cerca es un sentimiento desagradable.

Sabe que Hyunjin está bien, pero él quiere estar con Hyunjin, quiere estar con su hijo y escucharlo gritar y correr.

Y de nuevo el horrible sentimiento sube por su espalda. Mientras Jisung y Jeongin están juntos y con su pequeña familia Felix está solo. Apartado de su hijo y de su hermana, demasiado lejos de Changbin nuevamente. Y aunque quiere compartir un poco del alivio que ambos sienten es un poco alérgico a ello.

—Felix.— Escucha la voz de Jisung y gira. Hay una corta señal y Felix lo sigue.

Mientras camina puede observar nuevamente a las personas del refugio; calladas y temerosas, escondidas en sus tiendas como si no pudieran salir, y Felix sabe que es culpa de Jisung, el pequeño enano enojón debió atemorizarlos mientras que Jeongin no estaba ahí para detenerlo.

—Señor ocho.— Escucha la voz de una niña y se detiene para mirarla, ella es tan pequeña que tiene que bajar la cabeza. —Usted dijo que iría por mi padre... ¿no lo encontró? Él juega muy bien a las escondidas, pero yo puedo encontrarlo si me lleva con usted.

Felix suspira. No hay nada que él pueda hacer por la pequeña, no puede ir y buscar a su padre en aquel rincón desconocido del mundo, no tiene tiempo para eso, ni energía. Pero no sabe que decirle a la niña ¿debería mentirle? ¿decirle que después iría por su padre? Felix ni siquiera sabe si regresará una vez que deje el refugio. Felix no sabe nada.

—Regresaste...— La voz de una mujer lo hace levantar la mirada, y Jisung también gira a verla. —¿y donde están los demás?

—¿Quiénes?— Pregunta Felix.

—Los que fueron capturados ¿Dónde están? Se supone que fueron a rescatarlos pero solo te hemos visto a ti y a Jeongin... ¿Dónde están todos los que faltan?— La mujer poco a poco alza la voz con su rostro preocupado, ella parece temblar. —Ellos deberían estar aquí... Pero no hay nadie más.

—Regresa a tu tienda.— ordena Jisung empujando un poco a Felix para quedar frente a él. —Sabes que no deben salir.

—No, quiero que me digan donde están los que faltan ¡Jeongin está de regreso! ¿Por qué los demás no? ¡¿Por qué solo ellos?! ¡Los demás también se arriesgaron para sacarlos de ese lugar! ¡Todos merecemos...!

INMUNDO | ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora