Cuando Roseanne sorprende a Jennie con una visita nocturna durante su estancia con su familia en el Sur, Jennie se encuentra ante una incómoda conversación a la mañana siguiente. En un esfuerzo por evitar ser juzgada y romper los lazos familiares, l...
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Los ojos de Jennie se abrieron aleteando unas horas más tarde, tratando de comprender su entorno.
Empezó a situarse lentamente, vestida, en la comodidad de unos brazos fuertes, cálidos y cariñosos.
Cuando vio la cara de Rosé y vio que la rubia también estaba vestida, se preguntó si la noche anterior había sido un sueño.
"Hola, cariño. ¿Estás bien?" Rosé la saludó suavemente.
Ella asintió. "¿Por qué no iba a estarlo?"
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Rosé mientras soltaba una risita. "Te has desmayado, esposita. Si tu objetivo era asustarme, lo has conseguido"
El color subió a las mejillas de Jennie. "¿En serio?"
Rosé asintió. "Me encargué de ello, no te preocupes"
Jennie dejó escapar una pequeña sonrisa y apartó la mirada de Rosé, avergonzada. "Gracias" Miró a su alrededor, sobresaltada. "¿Dónde estamos, en un avión? ¿Para qué?"
Se giró y vio que la rubia se mordía el labio. "Sí, pero pronto lo verás, amor. Tus cosas ya están empaquetadas y estás vestida"
Jennie miró la cara de Rosé, alarmada.
"¿Pero qué pasa con la familia? No podías haber salido de allí sin que Suho e Irene lo supieran. ¡Se esperaba que fuéramos a la iglesia con ellos por la mañana, Rosé! ¿En qué estabas pensando?"
El pulgar de Rosé cayó suavemente sobre los labios de Jennie, silenciándola. "Cálmate. Adorné un poco la verdad, como hemos estado haciendo toda la semana"
Jennie negó con la cabeza pero hizo lo que le decían, dejando que Rosé la cogiera de la mano mientras el avión empezaba a descender. Cuando volvió a ser seguro levantarse, Rosé se colocó inmediatamente detrás de ella, cubriendo los ojos de Jennie con las manos. "Rosiiiiie" chilló en patética protesta.
Rosé se limitó a sonreír y la acercó a la puerta. "Ten cuidado" le advirtió.
Jennie suspiró y se mantuvo firme, negándose a ceder. "Roseanne, estamos bajando escalones. No voy a correr el riesgo de caerme"
A la rubia le dio un vuelco el corazón al oír de nuevo la vieja referencia, pero cedió. "Si prometes no mirar, te llevaré en brazos. ¿Qué te parece?"
Jennie fingió enfadarse, pero en el fondo estaba disfrutando. Le encantaba que Rosé la llevara en brazos. Algo sobre flotar en el aire y la imposibilidad de caerse la encantaba. "Supongo que sí"
Inmediatamente, Rosé cogió a Jennie en brazos y le apoyó la cabeza en el hombro. Jennie soltó una risita y se acurrucó contra ella considerablemente. Su frustración por el hecho de que Rosé se la llevara así ya se había disipado. No sabía por qué, pero nunca podía estar enfadada con aquella mujer durante mucho tiempo. La vida le parecía insoportable si lo hacía.
