27. Como la luna

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Naruto había terminado de grabar el comercial, y tomando en cuenta que la banda se había dado un respiro, prefirió quedarse un tiempo con su abuelo en Japón, en la casa donde había crecido con sus amorosos padres.

Todo lo llenaba de nostalgia, los juegos de baloncesto en el patio trasero con su padre, la melodiosa voz de su madre por las mañanas, cantándole para ayudarlo a despertarse, pero todo eso se había perdido el día de la explosión, razón por la que durante varios días, Naruto no había asistido a clases, solo que no le avisó a nadie, por lo que nunca recibió un pésame por parte de sus amigos, que, además, estaban más preocupados por el acontecimiento de toda la familia Uchiha.

El rubio se había refugiado en su buen humor y en la risa, por lo que todo pasó desapercibido, hasta el día en que golpeó a Sasuke luego de su ruptura con Sakura.

-¿Aún piensas en lo que pasó? -preguntó Jiraiya que había aparecido sigilosamente detrás de su nieto.

-Sabio pervertido -Respondió sobresaltado mientras dejaba una foto de sus padres en un mueble al lado de su cama -No te oí entrar...

-Es normal que duela... -Le puso su mano en el hombro -Lloré mucho cuando me enteré que había perdido a mi único hijo, además de mi cariñosa nuera... ¿Pero sabes qué fue lo que más me dolió de todo?

-¿Qué fue?

-El saber que te habías quedado solo... -El anciano tomó a Naruto entre sus brazos.

-No me quedé solo... aún te tengo a ti, eres la única familia que me queda y agradezco que hayas cuidado de mí hasta que pudiera valerme por mí mismo.

Se abrazaron durante un momento más y luego pidieron pizza para cenar.

No pasaban de las seis de la tarde, pero ya habían acabado sus quehaceres y estaban sentados en la sala, pasando los canales de la televisión, a ver si encontraban algo bueno.

-¿Y esa noviecita que tenías en la secundaria?

-¿Ah? ah... seguro te refieres a Hinata...

-Ella, deberías salir con ella.

-Está en Estados Unidos...

-No es cierto, el otro día la vi entrando en la mansión Hyuga, supongo que vino a ver a su padre...

-No creo que sea una buena idea...

-¿Qué pasó entre ustedes?

-Yo no la quería y le hice mucho daño...

-Pero eso no quita que puedan ser buenos amigos ¿No se supone que están en la misma banda?

-Sí pero...

-Ve, llega a la hora que quieras, te estaré esperando.

Naruto salió de la casa completamente confundido, no sabía ni porqué debía ir a buscarla. Pero, a medida que iba caminando por las tranquilas calles de la ciudad, veía todo el recorrido de cuando estaban juntos, incluso se veía a sí mismo con esa cara de hastío cuando ella le negaba tomarle la mano, y cuando la interrumpía cuando ella trataba de explicarle algo.

-Fui todo un patán...

Sí, ella era muy tímida, pero nunca le dejó explicarle el porqué, ni siquiera entendía porqué ella querría estar con alguien así ¿Por qué se mantenía a su lado?

Sus pies llegaron hasta su vieja escuela, donde pasó los mejores momentos durante su adolescencia. Se adentró en ella y caminó por el campo de juego, sentándose en el lugar de los espectadores, nunca antes lo había visto tan pequeño, giró la cabeza para apreciar bien el lugar, ahí fue cuando la vio, Hinata estaba unos metros mas allá de él, lo observaba con cautela, pero cuando notó que la había divisado quiso salir corriendo, pero Naruto se lo impidió, tomándola del brazo.

El Alma de una Canción (SasuSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora