El Alma de una Canción (SasuSaku)

29. Operación rescate

Cada equipo tomó su respectivo vuelo, las 14 horas que tomaba llegar hasta su país natal se les hicieron eternas. La ansiedad estaba destrozando a Sasuke de a poco y los nervios les estaban comiendo la cabeza a Sakura e Ino.

-Por favor trata de calmarte... -Dijo Juugo mientras le daba palmadas en el hombro a Sasuke y le pasaba la bolsa de oxígeno que proporcionan los aviones.

-No quiero que le pase nada...

Naruto yacía en aquel sótano donde alguna vez estuvo cautivo Sasuke, a su lado estaba Karin, quien no paraba de temblar del miedo.

-Oye... - Naruto trató de iniciar una conversación en un intento de distraerla- Me dijeron que somos primos...

-¿Primos?

-Uzumaki ¿No?

-¿De donde tenemos parentezco?

-Mi madre, pelirroja como tú...

-¿Y cómo es que no nos habíamos conocido antes?

-La  verdad yo nunca conocí a mi familia materna, mamá nunca hablaba de ellos...

-¿Y tu padre?

-Minato Namikaze

-Ah... eso explica un par de cosas -Karin se relamió sus secos labios- Mi familia odiaba a los Namikaze, según entiendo fue como una especie de Romeo y Julieta lo que pasó con tus padres.

-¿Mi mamá renunció a su familia por papá? -susurró el rubio.

-¿Y qué pasó con ellos?

-Pues... mi madre y la madre de Sasuke eran grandes amigas desde niñas, lógicamente mi familia fue invitada a la fiesta de cumpleaños de Sasuke, además ellas querían abrir una línea de ropa en alianza con los Uchiha.

-¿Entonces ellos estuvieron en el accidente?

Los labios de Naruto temblaron al recordar ese amargo y traumático día, sus ojos se cristalizaron y no pudo emitir ningún sonido, Karin notó esto y sintió compasión.

-Si pudiera abrazarte lo haría...- Le regaló una cálida sonrisa- Pero ¿Sabes? eres bienvenido cuando quieras, sigues siendo parte de mi familia, no los he visto en años...

-Ni los verás -interrumpió Madara, quien se había metido silenciosamente al sótano- Murieron la noche en la que llegaste con Orochimaru.

-¿Qué? -A Karin se le cortó la respiración y comenzó a llorar

-¿Por qué?- alcanzó a preguntar Naruto.

-Los Uzumaki representaban una amenaza para mis negocios, y como vivían en las afueras fue fácil eliminarlos, nadie se enteró, están enterrados en su propio jardín, ustedes dos no tienen a nadie, salvo tu abuelo, ni bien me entregue el dinero que pedí para tu rescate me encargaré de él- Madara respondió con una gélida voz y salió del sótano.

El corazón de Naruto dio un vuelco, Jiraiya era lo único que le quedaba en el mundo, y si bien era acreedor a una fuerte herencia por parte de sus fallecidos padres, no quería quedarse solo.

Al llegar a Japón, Sasuke fue a casa de Naruto tan rápido como pudo, pero nadie abrió, estaba vacía.

-¿Le habrán hecho algo al viejo?- preguntó Obito

Sasuke solo negó con la cabeza tratando de pensar en algo, pero nada. Decidieron dar una vuelta las cuadras por si encontraban algo.

En cuanto las chicas llegaron, fueron corriendo a la policía a explicar lo que estaba pasando, claro que en un inicio no les creyeron, dado que Madara era el jefe de la policía, Sakura estaba indignada, dejó el número de teléfono de Sasuke para que corroboraran.