Una Nueva Historia

capitulo 9

Seguir las instrucciones de Loana era algo que le fastidiaba, tener que desaparecer no es tan fácil cuando sabe que los mejores cazadores lo van a buscar. Pero debe esforzarse, sabe que si quiere ver a Zero no puede dejar ningún rastro.

Así que cuando tenía todo listo para irse, se aseguró de quemar todo hasta sus cimientos e ir al lugar que le había encomendado Loana. No sabía que hacía en el borde de un volcán, pero bueno lo mejor era no preguntar.

-veo que cumpliste con todo lo que te pedí- Yagari escucho a sus espaldas- por supuesto no voy a vender todo de mi para botarlo por un descuido.

Loana solo pudo sonreír ante esto, realmente encontrar a un persona tan comprometida y fiel no era fácil y este se había entregado en bandeja de plata.  - Bueno querido Toga, para ver a zero debes de ir al infierno, hades o como quieras llamarlo.

Cuando yagari escucho el lugar en donde estaba Zero comenzó a sudar frío, y comenzaron a pasar mil imágenes por su cabeza, cada una más aterradora que la anterior, su hijo siendo azotado, donde le desgarraba la carne hasta que dejaran visibles sus huesos, o que lo fueran despellejando pedazo por pedazo y quemando las heridas para que no muriera desangrado, o como le arrancaban uña por uña, luego dedo por dedo, luego las manos y píes, y así hasta que no quedara nada de él.

Loana solo disfrutaba del dolor, ira y angustia que se podía apreciar cada vez más en el rostro de Yagari, pero no podía alargar esto, no si quería que todavía no la encontrarán -No tiene que poner tal expresión señor cazador su pupilo está completamente a salvo- dijo con la voz dulce e inocente.

Esto solo irritó más a Yagari, de por si molesto por como ella manejaba todo, pero no podía ir en contra de ella, ya no.

-Bien, como puedo llegar a el, ¿acaso debo saltar al volcán? -loana simplemente se río por las ocurrencias de este cazador - por su puesto que no- dijo entre risas, casi sin poder respirar -solo vinimos acá por la vista; no, te llevare de la misma manera que lo envié a él, solo que sin todo el teatro del ritual.

Yagari en un momento estaba viendo el rostro de Loana y al siguiente segundo nada, no sabía como expresarlo, no era la oscuridad absoluta, sino más como si existiera todo y al mismo tiempo nada a su alrededor, ni siquiera era una oscuridad absoluta literalmente era la nada, jamás experimento algo así,  no sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar podía ser un segundo o un año, pero quería salir de ahí, la desesperación era cada vez mayor todo su cuerpo estaba tensionado, su respiración cada vez se hacía mayor, no tenía suficiente aire no podía respirar, sentía como los latidos de su corazón iban cada vez más rápido y de un momento a otro todo se detuvo y lo primero que vio fue un cabello platinado muy conocido

-Zero- dijo en un susurro casi inaudible, pero con todo el cariño y amor que tiene un padre por su hijo.

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Kaname estaba sentado en su oficina reviviendo en su cabeza una y otra vez la conversación que tuvo con ese ser, realmente todavía no describía que era, a pesar que la conocía desde que era un ancestro, en ese entonces y ahora su sola presencia le causaba pavor, y aún así, tenía la necesidad de acudir a ella, y lo peor es que era por una simple ficha de ajedrez, eso era lo que más le molestaba. Esa necesidad de saber en donde estaba ese cazador que no era capaz de respetarlo y mucho menos de temerle.
Y lo que más le confundía era la necesidad del consejo por encontrarlo, habían entrado en un estado de pánico, incluso lo habían dejado tranquilo por primera vez en su vida.

Después de mucho pensarlo dejo de lado su necesidad de buscar al cazador, a pesar de que era una de las piezas más importantes para cuidar de su reina, y concentrarse en los movimientos del consejo de vampiros, ellos en este momento podrían representar una mayor amenaza que su tío, ya que estaba seguro que aún no estaba lo suficientemente fuerte como para enfrentarlo, ya luego tendría tiempo de encontrar a Kyriuu y en lo posible sin tener que recurrir a Loana.