Beomgyu miraba expectante a su alrededor mientras esos nervios tan detestables lo consumían poco a poco.
Nada parecía diferente. Todos charlaban animadamente, debatían temas de la clase, y nadie le dedicaba miradas más repetidas que de lo normal. Y eso, era exactamente lo que lo tenía exasperado.
Yeonjun por su parte, había llegado tarde esa mañana, tanto que los nervios infrenables del pelinegro comenzaban a asfixiarlo. Beomgyu no toleraba la impuntualidad ni la irresponsabilidad en absoluto, y en otras circunstancias no le habría importado, si embargo, el barco estaba a punto de hundirse y no iba a ir solo.
El mayor se sentó junto a él con naturalidad casi increíble, pasando los ojos vagamente sobre el contrario antes de inclinarse de manera repentina y dejar un casto beso sobre su mejilla. Para Yeonjun no era nada más que una entrada en calor antes de que la escena comenzara, sin embargo para el menor, las cosas no parecían tan fáciles.
— ¿Qué rayos crees que—
— Buen día para ti también, bonito.
La frase fue corta y sin siquiera un destello de sentimiento, estaba más que claro que todo aquello era un simple trato a conveniencia de ambos, pero Beomgyu no pudo contener estremecimiento, y el nudo que se había formado en su estómago de manera repentina, demostraba el rechazo hacia aquello.
— No me llames así— soltó secamente, logrando que Yeonjun soltara un suspiro cansado antes de aproximarse lo suficiente a su rostro para que nadie pudiera tener acceso a la conversación.
— Se supone que estamos juntos, ¿lo recuerdas, cierto?
— No necesitamos tanto realismo.
— Recuerda que no sólo yo estoy siendo beneficiado, pon un poco de tu parte y sigue tu papel, no es muy difícil— El pelinegro iba a replicar cuando el sonido de la puerta cortó cualquier tipo de sonido en en salón.
El hombre vestía tan elegante como siempre, su humor era el mismo que de costumbre, y todo parecía seguir con normalidad, aún así, Beomgyu no fue capaz de soportar la mirada cruel de aquél sobre sí. Tuvo que recordar periódicamente el por qué de su decisión y cuan bien le haría si todo salía como lo esperaba.
La mirada cayó unos segundos sobre su compañero de banco, quien parecía estar degustando cada mueca de desprecio notorio en el rostro de su padre, sonriendo de manera victoriosa en algunas ocasiones, luciendo evidentemente provocativo.
<<Patético>> pensó para sí, luego bastó recordar la relación extraña que mantenía con sus padres para que cualquier signo de burla fuera borrado.
El resto de la mañana transcurrió con lentitud extrema. Beomgyu se sentía completamente fuera de su burbuja y no le agradaba para nada el sentimiento. Todo empeoró cuando el chico al que comenzaba a detestar más de lo normal, lo arrastró hacia su auto.
— ¿A dónde crees que me llevas?
— A mí departamento, tenemos un trabajo de ciencias que hacer y no hay que perder tiempo.
— Tu padre casi me asesina con la mirada, ¿de verdad crees que nos aprobará?— soltó con una risita irónica al momento en qué sintió las manos del contrario empujándolo levemente hacia el interior.
— Tengo todo bajo control.
No pudo decir nada más en cuanto el vehículo tomó velocidad casi preocupante en la calle principal, el pulso del menor se había acelerado levemente, mientras que el contrario conducía con completa calma.
Beomgyu no podía recordar con exactitud desde cuando había tenido tanto rechazo a las velocidades altas, sin embargo algo en su interior le decía que que conocía el motivo a la perfección.
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COLD EYES // Yeongyu
RomanceBeomgyu jamás imaginó tener un novio y menos uno falso. Sin embargo, Yeonjun, el chico más irritante de su clase, lo envuelve en una mentira que logrará acabar con todo lo que ambos creían ser. Detrás de todos los problemas que conlleva el final de...