CAPITULO 07

71 19 31
                                    

Todo a su alrededor estaba oscuro y silencioso.

Los primeros segundos en los que intentó recordar lo que había sucedido fueron en vano, sin embargo luego de visualizar las ajenas paredes e inhalar el aroma dulce del interior, supo con exactitud dónde se encontraba.

Se incorporó sobre el colchón en un intento de huída, la cual fue totalmente negada por un dolor agudo proveniente de su brazo derecho. Miró en su dirección y se encontró con una pequeña aguja que al parecer estaba conectada a un líquido transparente.

Cualquier pensamiento quedó anulado en cuánto sus ojos chocaron con un cuerpo algo encorvado y evidentemente incómodo extendido sobre la superficie del sillón gris. Los ojos de Beomgyu estaban apretados con fuerza y aún dormido se podía notar su semblante tenso.

Automaticamente las imágenes volvieron con fuerza, tanto como los murmullos lejanos del doctor al revisarlo o las palabras preocupadas de la mujer que trabajaba en la casa.

Había sucedido otra vez.

No recordaba la última vez que su padre había logrado alterarlo tanto al punto de sentirse ajeno en su propio cuerpo, sin embargo la sensación no era nueva y el rechazo por volver hacia atrás lo tenía más que nervioso.

Suspiró pesadamente antes de arrancar la conección de su brazo hacia el pequeño suero, el dolor fue agudo pero no lo suficientemente fuerte. Se propuso salir de la habitación cuando esa voz grave y fría lo dejó inmóvil.

— Mis padres están abajo, si lo haces tendré que dar explicaciones y no estoy de humor.

— Kim, estás despierto.

— Es difícil conciliar el sueño cuando alguien está usurpando mi espacio— murmuró algo molesto, sentándose sobre la superficie.

Yeonjun se preguntó si eso verdaderamente era una conversación pacifica entre ambos, la postura de Beomgyu ahora era mucho más relajada, no sin dejar su aire distante de lado, su rostro estaba iluminado por la tenue luz de la lámpara y sus ojos lo observaban de una manera extraña.

El silencio se hizo presente por largos minutos que parecieron una eternidad. Yeonjun no podía decir nada más, se sentía incómodo y algo mareado. Beomgyu, por su parte, tenía demasiadas preguntas sin respuestas y aunque quiso convencerse a sí mismo de no estar interesado en aquello, no podía evitar pensar más de lo debido.

El castaño lo miró una vez más.

El chico tenía la mirada perdida en unos almohadones pálidos y arrojados sobre el piso de la habitación, su cabello estaba peinado hacia atrás debido al sueño incómodo, dejando ver su frente pura y blanca. No emitía sonido alguno, no más que algunos suspiros ahogados y lejanos.

Yeonjun no pudo evitar fijar la vista en la comisura de sus labios, dónde un pequeño corte lucía con encanto hipnotizante y extraño. No recordaba exactamente el momento en que lo había golpeado, todo el su mente era un mar de gritos y agarres forzados debidos a la ira del momento.

— ¿Que rayos miras?

— A tí.

El pelinegro frunció el ceño ante la respuesta, lo único que deseaba era librarse de ese chico lo más pronto posible antes de que sus padres lo vieran en su habitación. No, no estaba listo para decirles que tenía novio y aún peor, uno completamente falso y estúpido, y el hecho de tenerlo allí, mientras este lo miraba de esa manera, lo ponía aún más nervioso.

Sería una completa vergüenza, una manera más de mostrar cuan desesperado estaba por alcanzar algo que estaba muy lejos de él. No lo iba a permitir, ya había sido lo suficientemente estresante intentar evadir la causa del problema ante sus padres, no estaba para nada dispuesto a llevar la situación más allá de eso.

COLD EYES // Yeongyu Where stories live. Discover now