Las cosas se complicaron más de lo que ambos hubieran imaginado.
Beomgyu miraba con recelo a aquellos que podían asistir, desde la lejanía de su habitación, el sólo hecho de ver los rostros preocupados y expectantes del resto de los alumnos preparándose para lo último, lo volvía completamente loco.
— Solo tienen permitido estudiar desde los apuntes, si hubieran sido más conscientes no estarían en esta situación— había dicho el hombre aquella vez en la que su desesperación lo llevo a perder la cordura— sería un milagro si llegan a pasar.
Y luego estaba Jenn.
La chica solía echarle algunas miradas desde la distancia, sonreía sutilmente y marcaba esos hoyuelos que enternecian sus facciones. En esas situaciones sólo podía hacer lo único que sentía, mirarla fríamente hasta que entendiera que nada de lo que había sucedido entre ambos había sido real, porque era cierto, y aunque no le gustara para nada aceptarlo, lo sabía a la perfección.
Sin embargo había algo más que lo irritaba.
Yeonjun.
Había pasado esos días escabulléndose tan pronto como terminaba sus tareas diarias. Desaparecía por horas y cuando podía verlo, esa chica a la que había visto aquella vez en su departamento, estaba junto a él nuevamente. No tenía permitido estar en esa zona, no entendía como Yeonjun no se deshacía de ella todavía.
Él había querido que esa ridícula relación falsa funcionara, él había insistido, sin embargo allí estaba, actuando como si sus palabras se las hubiera llevado el viento, como si no fuera desagradable el hecho de hacer que las miradas se fijaran en él cuando no parecían encajar en la palabra novios.
Decidió ignorarlo completamente después de eso, odiaba estar pensando demasiado en él, pero entonces la puerta de su habitación se estaba abriendo, haciendo visible esa figura masculina cubierta por un suéter negro y unos pantalones holgados.
Su rostro ya había sanado por completo al igual que el suyo, los moretones a causa de los golpes sólo eran pasado.
— ¿Que quieres?— dijo intentando sonar firme. Las palabras que habían cruzado esos días habían sido más que escasas y la inquietud al tenerlo nuevamente cerca lo ponía de mal humor.
Yeonjun ni siquiera lo sabía, nunca sabía con exactitud lo que pasaba por su mente cuando Beomgyu estaba cerca, nunca podía entender sus propias acciones cuando era guiado simplemente por su instinto.
Para el castaño todo se estaba complicado aún más, un nuevo evento se hacía presente, Jiwoo se había encargado de ponerlo al tanto, las carreras se volvían un poco más densas, nuevas ofertas aparecían frente a él, nuevos pensamientos lo dejaban sin saber que hacer, nuevos recuerdos lo despertaban en medio de la noche.
Había pasado demasiadas horas en el silencio de su habitación, los cigarros eran escasos y no lograban calmarlo en lo absoluto, las palabras de Jiwoo no salían de su mente y aún menos las palabras de su padre, aquellas se habían clavado en su cuerpo con fuerza extrema.
Beomgyu estaba sentado en el piso con libros y cuadernos regados por la superficie, como si el escritorio a su derecha fuera simplemente inútil. Su rostro pálido contrastaba a la perfección con su melena oscura y no supo si era a causa de la cantidad de nicotina que había consumido hace unas horas el hecho de hallarlo aún más atractivo de lo normal.
Su rostro evidentemente molesto era lo que mas lo hacía estremecer, sus dedos hormigueaban y las ganas de fumar aumentaban. Lo había visto observandolo desde la distancia todos esos días, como si su densa mirada no fuera imposible de percibir.
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COLD EYES // Yeongyu
RomansBeomgyu jamás imaginó tener un novio y menos uno falso. Sin embargo, Yeonjun, el chico más irritante de su clase, lo envuelve en una mentira que logrará acabar con todo lo que ambos creían ser. Detrás de todos los problemas que conlleva el final de...