August - wenclair

Epílogo

Ya había pasado un año desde esa última vez que se vieron. Wednesday había conseguido un trabajo gracias a los contactos que tenía su padre.

Era muy buena en lo que hacía por lo que poco a poco fue ascendida a otro nivel, la pelinegra sabía que su familia era millonaria y que podía vivir de ellos, sin embargo quería ganarse sus cosas por su propio esfuerzo.

También empezó a estudiar por las tardes en una universidad privada que su padre si se ofreció a pagarle, para su buena suerte en la misma universidad le ofrecieron ayuda psicológica. Asistía a sus sesiones y poco a poco pudo salir de esa depresión que tanto le había costado superar.

La vida parecía sonreírle, seguía incluso en comunicación con su amigo Tyler y la confianza con sus padres había aumentado.

— Entonces... ¿que planes para hoy? — preguntó el castaño con un tono de voz alegre.

— Tengo que ir a trabajar y luego me iré a estudiar, pensé que lo sabías.

— Si pero pensé que podías... faltar.

— Estas loco si crees que haré eso. — suspiró la pelinegra— todo está marchando bien y no quiero arruinarlo.

— Está bien Wednesday, pero de todas formas cuando tengas tiempo avísame y salimos.

— Claro que lo haré... mm Tyler antes de que cuelgues quería decirte...

— ¿Si?

— Gracias por ser mi amigo.

El castaño sonrió antes de finalizar la llamada, también se sentía agradecido de tenerla en su vida y se sentía orgulloso de saber que su amiga por fin estaba viendo la vida de otra forma.

Wednesday se alistaba para ir al trabajo, su rutina era la misma de siempre. Salió de su departamento sin olvidar su libreta en donde a veces escribía algunas cuantas frases en sus tiempos libres.

En el camino iba recordando todo lo que había vivido durante aquel agosto del año pasado. Ese mes ahora era recordado como uno de los peores meses que la pelinegra tuvo que pasar, un evento traumático como lo describía ella.

Sacudió su cabeza de un lado a otro, había prometido dejar el pasado atrás pero a veces su mente le jugaba en contra. Estaba tan perdida en sus pensamientos que al momento de alzar su mirada pudo ver como una chica con el cabello rubio pasaba por su lado hablando por teléfono, parecía estar teniendo una acalorada discusión.

— Por el amor de Dios, tengo que ir al trabajo y no tengo tiempo como para estar discutiendo por décima vez contigo, oh bien, si quieres puedes ir y decirle a todo el mundo que soy una mala novia, ve, ¡hazlo!

La pelinegra tenía que ir al trabajo pero algo la detenía y ese algo era la chica que pensó que nunca más volvería a ver pero que ahora se encontraba en una situación un tanto penosa. Su corazón latía fuertemente, sus manos sudaban y su cuerpo temblaba, las ganas de querer quedarse eran más grandes que las de huir, su psicóloga la mataría al verla en esa situación, todo lo que tenía que hacer era irse y seguir con su camino pero, simplemente no podía.

Ahora su compañera recostaba su espalda en la pared de un gran edificio, con las manos en la cara, queriendo mantener la calma. Wednesday se fue acercando a paso lento, sabía que estaba cometiendo un error del cual probablemente luego se arrepentiría.

— Disculpa... 

La rubia quitó sus manos de su cara al reconocer inmediatamente esa voz. Ahora se encontraba en frente de aquella chica la cual hace años había lastimado.