Capítulo 17: Feliz cumpleaños, Kyoko

111 13 0
                                    

Finalmente, el día había llegado. 28 de agosto. Mi cumpleaños. Y no un cumpleaños cualquiera porque este año cumplía los 18 años. Ya era mayor de edad, lo cual me importaba tres hectáreas de mierda. El simple hecho de ser mayor de edad me daba muchísima pereza. Por mucho que no me importe, cumplir los 18 significa que ya tengo que ser medianamente responsable. De hecho, si hago algo ilegal, me pueden llevar a la cárcel. ¿Qué tiene de bueno esto? Y sí, ya se que hacerte mayor de edad implica obtener ciertos beneficios a los cuales no se pueden llegar siendo menor porque es ilegal, pero... Que no. No me veo siendo una adulta responsable.

Me gustaría decir que tuve una buena mañana, pero estaría mintiendo. Literalmente, me despertaron y levantaron a las 9:00 de la mañana. ¿Esta gente no duerme o cómo va la cosa? Hablando enserio, por las mañanas siempre ando malhumorada, pero si encima le añades el factor de que me despierten temprano... No parece que valoren mucho su vida.

Por si fuera poco, me dieron tal susto al gritarme todas mis queridas amigas para despertarme que por poco me caigo de la cama. Enserio, la vida me odia.

—¡FELICIDADES, KYOKO!—gritaron todas las chicas al unísono.

—Ya les escuché la primera vez, no hace falta que me lo repitan y, mucho menos, gritarlo—me enderezo aún sentada en la cama y me paso una mano por el cabello.

—Perdona, pero queríamos darte una sorpresa—contesta Noelle.

—No si la sorpresa me la habéis dado por completo. Eso ya os lo garantizo yo, pero... ¿Era necesario hacerlo tan pronto?—respondo con los ojos entrecerrados.

—Pues claro que era necesario. Hoy es un día especial para ti y, por eso, queremos verte feliz—dijo Vanessa.

—A mi me hace feliz dormir y comer así que, con vuestro permiso...—me vuelvo a acostar en la cama y a arroparme —Buenas noches. Despertarme cuando sea Navidad.—me acurruco contra la almohada.

—¡Oye, no te vuelvas a dormir!—me zarandea con ambas manos—Si ya estas despierta, qué más da. Además, a quien madruga, Dios le ayuda.

—Soy atea.

—Ese no es el caso.

—...

—...

—No me voy a levantar—dije con los ojos cerrados.

—Vamos, Kyoko. Te hemos hecho tu desayuno favorito, tortitas—responde esta vez Charmy, subiéndose a mi cama.

—Traérmelo aquí pues.

—Es mejor que bajes a tomarlo—insiste Vanessa.

—Que pereza—abro los ojos y me enderezo de nuevo—Son muy pesadas, ¿sabían?

—Deja de quejarte y baja de una vez—me regaña Noelle.

Frunzo el ceño y me levanto de la cama para bajar a la sala de estar. Antes de salir de mi habitación, me preguntan si no me voy a vestir o adecentar. A lo que yo, después de echarme una mirada a mi misma con el pijama, les contesto que no y salgo por la puerta.

Es curioso como, pese a ser tan pronto, estaban casi todos despiertos. Todos a los que me iba encontrando por el camino me felicitaron, a lo que yo les agradecía brevemente ya que seguía algo somnolienta. Hasta el capitán Yami estaba despierto y ocupando el váter desde tan temprana hora.

Cuando ya estabamos en la sala de abajo, me dirigí a la cocina. Desde donde estaba, se podía oler el aroma a tortitas recién hechas. Crucé el marco de la puerta y me guié con el olfato para encontrar lo que estaba buscando, sin prestar atención a mi entorno. Todavía estaba ligeramente malhumorada por no haberme podido volver a dormir. Comer era la única solución que veía viable para quitarme la molestia. Agarré un tenedor y con él pinché una de las tortitas que había en un plato. Prácticamente la cogí entera. Ni cuchillo ni ostias. Me la llevé a la boca y le di el primer bocado, degustando su sabor pese a que me la estaba comiendo sin nata ni sirope. Mientras masticaba, me quedé ahí de pie mirando a un punto fijo en la pared. La verdad no se que hacer hoy. No me planeé nada para hoy. Aunque seguramente las chicas si que lo hayan hecho. Igual debería preocuparme...

𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐍𝐨 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨𝐬  [Nacht Faust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora