Capítulo 14: Azmar (1°parte)

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6 meses. Han pasado 6 putos meses desde la última vez que vi a Nacht. Sí, he contado los días que han pasado. Déjenme ser dramática, ¿vale? A lo que iba, no me ha ido tan mal como pensaba. Las chicas han estado ahí para distraerme, aunque creo que había otras mejores maneras de hacerlo. No me dejaron ser una ameba deprimida. Para empezar, me secuestraron. Literalmente. Me ataron y vendaron los ojos.

Posteriormente a eso, me llevaron a un sitio perdido en la mano de Dios o algo así porque no sabía ni dónde estaba. Según ellas todavía estábamos en el Reino del Trébol, pero no sabria decirte dónde porque no vi el trayecto y sinceramente no soy buena orientándome. Me dijeron que tomara esa salida como un retiro espiritual o vacaciones. Obviamente la pasé bien, pero no me moló la parte de acampar en una tienda de campaña porque sí, era una jodida acampada. En un principio no iba a ser así, según Vanessa. Dijo que en donde habían comprado los boletos les habían dicho que iban a estar en una clase de hotel, lujos y esas mierdas... Está claro que las estafaron. Definitivamente compartimos neurona.

Lo bueno es que el sitio estaba cerca de una cala, así que podíamos bañarnos. A mi se me vino a la mente la idea loca de tirarme por uno de los barrancos de la cala y ver si sobrevivía, pero no me dejaron intentarlo. Le tienen miedo al exito.

Para resumiros el viaje, durante una semana estuvimos acampando en un sitio a 40° y encima sin insecticida. Me comieron viva los mosquitos por la noche. Las picaduras parecen que me las ha hecho un mosquito tigre de esos o una araña venenosa. Con un poco de suerte me convierto en Spiderman.

¿Conseguí olvidarme de Nacht? Claro que no. Ese hombre no se olvida así de fácil, pero si me distraí del asunto y me divertí. En fin, tengo amigas idiotas, pero las quiero por soportarme y apoyarme.

(...)

—¿Qué ha pasado aquí, si se puede saber?—decía desde la entrada de viendo el caos que era el salón de la base. Estaba todo en llamás y los muebles destrozados. Este panorama fue el que me encontré al regresar con Vanessa y las demás. Sinceramente, no me sorprende. Supongo que hay cosas que no cambian.—¿Sabéis qué? Prefiero no saberlo.

Giré sobre mis talones y me dirigí a mi habitación. Al entrar lo primero que hice fue tirarme en mi cama. Ya si eso, ordenaría mis cosas más tarde. Me quedé tumbada boca abajo, pero con la cabeza ladeada hacia un lado, mirando un punto fijo de la pared. Ha pasado ya tiempo desde que me hice Caballera Mágica, pero parece que fue ayer. Seguramente se deba al problema de estatura de Asta y al no verle crecer, no soy consciente de los años. Sí, seguro que es eso.

Ahora que pienso, queda poco para mi cumpleaños. Es el 28 de agosto. Es curioso y gracioso a la vez qué, el año pasado se me olvidó este detalle. ¿A quién se le podría olvidar su propio cumpleaños? Bueno, yo soy un ejemplo, pero no me culpen, simplemente lo veo como un día más. Además, no sé ni el día en el que vivo porque tengo mi rutina de siempre, así que me fue fácil olvidarlo al no saber qué día era. Recuerdo que ese día Asta estaba de misión, el único de los Toros que sabía mi fecha de cumpleaños, así que no le vi hasta por la noche. Por lo tanto, pasé el día con Vanessa sin ser consciente de que era mi cumpleaños.

Cuando Asta llegó y me abrazó para felicitarte delante de Vanessa, se me quedó cara de clown. Luego miré a Vanessa y sentí el verdadero terror. A partir de ahí fue un caos y me dio la noche porque hizo un jaleo por no decirla que cumplía años. Se sintió mal como amiga, me regañó y luego se rió cuando le dije que ni yo me había acordado de hoy. En algún momento de esta discusión bajaron los demás por el ruido y de alguna manera me felicitaron todos. El capitán Yami también me felicitó, pero dijo que dejáramos de hacer tanto ruido o nos sacaba a patadas a todos de ahí. Que buenos recuerdos.

𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐍𝐨 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨𝐬  [Nacht Faust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora