you know it's not the same as it was

19 8 0
                                    

Era mi primer día de universidad y ya llegaba tarde.

Cuando entré, la atención de todos los presentes se posó en mí. El profesor, un señor de cincuenta años, me vio y, mientras me indicaba con un gesto que tomara asiento, continuó con su clase.

Después de dos horas de su clase, en las que me dediqué a tomar apuntes y prestar atención, el profesor dio por finalizada la clase. Tenía la intención de salir cuando, con un ademán, me pidió que me acercara a su escritorio.

-No vuelva a llegar tarde a mi clase. Esto es la Universidad, ¿lo sabe? -me dirigió con seriedad.

-Disculpe, profesor, no volverá a pasar -me excusé-. Lo que sucede es que... -Antes de que pudiera continuar, me interrumpió.

-Nada de excusas, señorita Harryson.

-Disculpe, no volverá a suceder -acto seguido salí del aula.

Después de cinco horas en la universidad, regresé a mi departamento.

-Llegué tarde a mi primera clase -le dije a Hanna, malhumorada, dejando la mochila en el suelo para sentarme delante de ella...

Hanna era mi mejor amiga. Ella y yo éramos inseparables. Habíamos sido amigas desde segundo de primaria. Era mi vecina cuando vivía con mis padres. Y ahora éramos compañeras de habitación en la residencia. Ella es rubia, con ojos azules, es bajita y con buena forma, no muy diferente a mí. Yo era pelirroja, con pecas y unos centímetros más alta.

-No te preocupes, Maia, total, ni que te fueran a suspender, ¿o sí? -ella hace una mueca como si estuviera pensando.

-No, pero hay un detalle que creo que se te olvidó... ¡¡SOY BECADA!! Es decir, que tengo que esforzarme para poder sacar buenas notas y demostrar que me la merezco -le intento dejar claro a mi amiga.

-Oh, comprendo -se limitó a decir y seguir en sus asuntos-. ¿Vas este sábado a la fiesta? -preguntó.

-No tengo la menor idea de qué estás hablando.

Ella bufó y rodó los ojos.

-Es una fiesta que organizan los que están en el último año -me contó-. Hay baile, mucho alcohol para pasar una noche excelente... sabes a lo que me refiero -añadió levantando las cejas.

-No lo sé, tengo que pensarlo -respondo, aunque sé que voy a terminar yendo de todos modos, obligada por la rubia.

×××

Dicho y hecho, hoy era sábado y estábamos preparándonos para ir a la fiesta. Theo, el hermano de mi amiga, nos llevaría al lugar.

-¿Qué te parece esta falda? Es sexy, ¿no? Ve al baño y póntela -dijo Hanna demasiado rápido mientras me la aventaba. Me empujó por los hombros y cerró la puerta detrás de mí.

Estuve casi media hora cambiándome los pantalones.

Al final, me decidí por un vestido negro con una abertura en la espalda, el cual me dio Hanna. Me delineé los ojos y luego me puse gloss.

No tenía ganas de ir, aunque me apetecía emborracharme, no voy a negarlo.

-Ya llegó Theo, ¿estás lista? -dijo tomando su cartera. Asentí acercándome a la puerta.-Hace mucho que no salimos juntas -dice alargando la palabra mucho.

Bajamos y nos encontramos con Theo, el cual era muy parecido a su hermana. Él tiene pelo rubio, ojos azules, tatuajes y, en definitiva, era más alto que Hanna y yo juntas. Al lado de Theo, había un chico de aproximadamente nuestra edad, como dos años mayor, debería tener unos 22 años. Era guapo. Su tez era un poco oscura, los ojos verdes. Su mandíbula era pronunciada y tenía la nariz recta. Llevaba el cabello corto y castaño oscuro. Empecé mi escaneo por sus brazos hasta llegar a sus manos, se miraba que hacía ejercicio... Nada mal.

Theo vestía una camisa rosa oscura, con unos pantalones negros para salir.

-¡¡CHICAS!! -gritó Theo emocionado mientras se acercaba a darnos un abrazo a mí y a Hanna-. Él es Aarón, mi amigo de la infancia ¿lo recuerdan? -preguntó el rubio.

Theo, Hanna y yo éramos muy unidos de niños, hasta que Theo empezó la secundaria y Hanna y yo nos quedamos dos años atrás, ya que él era mayor que nosotras.

Aarón vestía una camisa negra y unos pantalones de mezclilla del mismo color.

-¡¡AAAYY SÍ!! -Hanna dio un grito-. Me acuerdo que nos molestabas mucho a Maia y a mí.

-Yo no me acuerdo -confieso.

-¿Te acuerdas del chico que era el mejor amigo de mi hermano, y que decías que estaba hermoso? Bueno, es él -hizo énfasis en 'hermoso'.

Trágame tierra y escúpeme en un volcán activo. Aunque... sigue siendo hermoso, de hecho, más que antes.

-Así que, ¿era hermoso? -pregunta levantando una ceja. Su voz suena divertida.

Dios, su voz es demasiado ronca.

-Tenía 10 años, a esa edad todo era lindo, aunque no lo sea -ok, me siento poderosa ahora mismo.

-Puede que tengas razón -dice levantando una ceja.

-Gracias, siempre la tengo -le respondo.

-Ok, ¿por qué siento que aquí hay una tensión que se puede cortar con un cuchillo? -habla la rubia a mi lado-. Bueno, ¿nos vamos? -dice mientras me agarra del brazo.

×××

Ya habíamos llegado a la fiesta. El grupo se disolvió en segundos al entrar. Aarón se fue con Theo a buscar a sus amigos, Hanna ya se estaba besando con alguien en la esquina. Pongo una mueca y doy la vuelta para ir a la barra y llenarme el vaso de alcohol.

Me da igual todo. Necesito un poco de alcohol en las venas. Siento que alguien me toca el hombro, me doy vuelta y es Aarón.

-¿Ya te abandonaron? -pregunta el castaño.

-Sí, ¿y a ti?

-Creo que los hermanos ya tienen algo más en común. Así que, Maia, ¿antes te gustaba? -pregunta mientras se acerca.

¿Hace calor aquí o soy yo?

-Tenía 10 años, no me acuerdo, aunque tampoco me acuerdo de lo que comí ayer -ok, creo que ya empezó mi etapa de honestidad.
-pues...-me mira como si estuviera pensando- ¿me estás escuchando?

Ok, puede que estuviera cantando en voz baja la canción que estaba sonando ahora mismo. Para mi defensa, es mi canción favorita, además es de Louis Tomlinson, específicamente "Kill My Mind", LA MEJOR CANCIÓN DEL MUNDO.

-Lo siento, es mi canción favorita. ¿Te gusta Louis Tomlinson?

-Nunca escuché de él -responde.

-¿Tu vida es miserable? -pregunto con una sonrisa burlona.

-No lo creo -dice en un tono dudoso.

-Yo creo que sí lo eres, ¿cómo no vas a conocer a Louis?

-No todos tienen el mismo gusto de mierda.- dice en modo de chiste

-¿Qué? -pregunto confundida.

-A mí no me gusta este tipo de música.

Ambos nos reímos y continuamos hablando sobre música y nuestros artistas favoritos. A medida que la conversación avanzaba, nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común y que compartíamos intereses.

el amor de una fotografía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora