pacify her she's getting on my nerves

11 6 1
                                    

-Deberíamos hacer un podcast - me dice Milo mientras acomoda las camas de perros. -Imagínate "Milo y sus amigos" -dice moviendo sus manos como si fuera una buena idea.

-Milo, cariño, deja de delirar. Además, nos cancelarían en el primer capítulo que hagamos. No todos entienden nuestro humor -digo mientras acomodo las correas. -Además, ¿por qué tu nombre sería el único mencionado?

-Porque yo soy el personaje principal.

-En tu historia nomás. En mi historia, eres solo un personaje secundario.

En eso, me llega una llamada de mi madre.

-¿Quién es? ¿Tu novio?

-No, peor. Mi madre.

Obviamente, no le contesté.

-Entonces, ¿tienes novio?

- ¿Qué? ¿No? ¿De dónde sacaste eso?

-Tú no negaste que tenías cuando pregunté.

-Porque no escuché, no tengo novio, idiota.

-Hola -dice una chica rubia entrando con un golden.

Procedo a atenderla. Últimamente, mis días han sido todos iguales: del departamento a la universidad, luego al trabajo y finalmente vuelvo caminando a casa. Y eso que apenas es viernes.

Cuando estaba saliendo del trabajo, mi madre me volvió a llamar.

-Perché non rispondi alle mie chiamate? -dice en un tono de inocencia.

-Mamá, estaba trabajando. No puedo contestar mientras estoy ahí -le respondo en un tono enojado.

-Sí, pero soy tu madre. Mira si pasaba algo, Cattivo -dice con su tono de inocencia.

-¿Pasó algo malo?

-No, pero quería hablar con mi figlia . Acuérdate que mañana vamos a ir al cine con tu hermano.

-Mamá, ya te dije que tengo planes para domani . No puedo annulla a último momento -por el enojo que me da que insista, confundo los dos idiomas-. Mamá, estoy en la calle y es tarde. Después hablamos.

Acto seguido, le corto. Ella siempre fue así de manipuladora. Ahora soy una adulta, tengo mis horarios y planes. No puedo cancelar mis planes cuando ella quiere. Vivimos a diez minutos de distancia y ella, desde que me mudé, nunca ha venido a visitarme ni siquiera ha visto el departamento.

***

Al levantarme, hice la misma rutina de todos los días. Me puse unos pantalones de pierna ancha de color negro, un top blanco, una campera corta negra y zapatos blancos.

-¿Vas a ir a lo de Martín? -me preguntó Hanna.

-Sí, ¿quieres venir? -le pregunté-. Voy a estar estudiando un poco allí y luego vuelvo para prepararme para ir con Aarón.

-Me cambio y vamos -dice Hanna corriendo hacia su habitación.

-Está bien -le respondí y me senté en el sofá con mi teléfono, esperando.

Cuando Hanna estuvo lista, bajamos y fuimos caminando hacia la cafetería.

-¡Bienvenidas a la cafetería en la cual no son aceptadas!- dice Martín apenas nos ve.

-Le voy a decir a tu jefa que estás tratando así a tus clientes. Además, yo soy la clienta que más viene -dice Hanna.

-Si aún no vienes nunca, idiota -le responde Martín-. ¿Qué van a pedir? Así no pierdo mi tiempo con ustedes.

Con Hanna estuvimos un rato antes de irnos, ya que ella estaba más emocionada que yo por la cita.

-¿Y si te pones una falda? Porque van al cine y pueden hacer cosas divertidas -me sugiere Hanna cuando no sabía qué ponerme.

el amor de una fotografía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora