el amor de una fotografía

Lookin' at you got me thinkin' nonsense

-¿Lista para la cita de mañana? -dice Aaron mientras salimos del salón.

En serio acaba de decirme que tenemos una cita, ay no, ya me puse nerviosa.

-No me dijiste que era una cita, me dijiste que irías a sacarle fotos al alcohol y que te acompañe -intento ocultar el nerviosismo.

-¿No es lo mismo? Te invité a un bar, como en una cita.

-No es lo mismo, pero bueno, se ve que solo sirves para las fotos.

-¿Cuánto mides? -pregunta de repente.

-¿Por qué me sales con preguntas de la nada? -rio un poco.

-Porque quiero conocerte, ahora dime cuánto mides.

-Mido 1,56, ¿y tú? -digo sonriendo.

-Mido 1,80, por eso me parecías baja.

-No lo soy, y no te creo que midas 1,80.

-Pues créelo, no es tan difícil. Yo te creí cuando decías que nunca te guste, aunque en el fondo sé que es mentira -dice en un tono burlón.

-No es mentira -volteo a verlo-. Nunca me gustaste, ¿sí? Era solo Hanna queriendo molestar.

-Vamos a hacer como que tú y yo te creemos, ¿dale?

-Eres un idiota, ¿lo sabes? -le digo molesta.

-El idiota que te gusta desde los diez años -responde con una sonrisa.

-No me gustas, ¿sí? -digo enfadada-. Me hartaste, me voy.

Cuando estoy a punto de irme, siento que agarra mi brazo. Muy cliché, lo sé.

-Era broma. ¿Quieres ir a tomar un café? -dice soltándome.

Debería decir que no, hacerme la enojada y vencer mi adicción al café.

-Está bien, solo si tú pagas -digo con tono amenazante.

Al llegar a la cafetería, pedimos unos cafés y, por supuesto, Aaron paga. Tras sentarnos, saco mi cámara para tomarle una foto al café.

-¿El café te hace feliz? -pregunta Aaron, mirándome a través de la mesa.

-No solo feliz, lo siguiente de feliz -respondo con una sonrisa.

Aaron se ríe y yo tomo una foto de él en ese momento. Su risa es genuina y llena de vida, y la cámara captura perfectamente ese instante.

-¿Lo usarás para tu trabajo? -dice Aaron en tono burlón.

-Nunca -respondo con una sonrisa.

-Qué mala eres, y yo que pensé que te hacía feliz -dice Aaron, fingiendo estar herido.

Luego de disfrutar nuestro café, nos dirigimos a nuestra siguiente clase juntos.

***

Después de la clase, regreso a casa y mi mamá llamo. Hablamos sobre cómo ha sido mi día. Sin embargo, en medio de la conversación, mi mamá comienza a darme consejos no solicitados sobre mi vida personal.

-Sí, madre , lo sé. Gracias por preocuparte, pero realmente no necesito tu opinión en este momento -digo con un tono de frustración, cortando la llamada.

Una vez que termino la llamada, me siento en el sofá y comienzo a hablar con Hanna, quien me encuentra en la sala.

-¿Qué querían? -pregunta Hanna, curiosa.

-Solo querían hablar, pero no te preocupes, todo está bien -respondo, tratando de tranquilizarla.

-Está bien, invité a Theo y los chicos vienen el sábado para cenar. Theo quiere ver el departamento -dice Hanna emocionada.

-¿Quiénes vienen exactamente? -pregunto con curiosidad.

-También vienen Aaron, Martin y Milo -responde Hanna.

-O sea, casi todos con los que nos llevamos bien, ¿verdad?

-Exacto, vamos a pedir pizzas y pasar un buen rato juntos -afirma Hanna.

-¿Por qué el sábado y no mañana? -pregunto confundida.

-¡PORQUE TÚ Y AARON TIENEN UNA CITA MAÑANA! -exclama Hanna, gritando de emoción.

-No es una cita -le respondo molesta.

-Pero Theo me dijo que Aaron le dijo que es una cita -insiste Hanna.

-No lo es. Aaron tiene una idea equivocada de lo que es una cita -le explico, tratando de calmarla.

-Sí, claro -dice con evidente sarcasmo en su voz.

-Es verdad, hablamos de eso hoy en la mañana -digo, confirmando lo que había mencionado.

-¡Aaaww, hablaron hoy en la mañana! -dice burlonamente, tratando de molestar.

-Cállate -digo mientras río y le lanzo una almohada.

-Ja, ja -dice devolviendo el golpe, lanzándome otra almohada.

Después de eso, desatamos una pelea de almohadas, riendo de nuestro divertido enfrentamiento. Nos lanzamos almohadas de un lado a otro.

***

Holissssss

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